Trick or Treat Consultoría y Coaching
Este señor de la foto es el Doctor José Miguel Gaona, y es psiquiatra.
Yo he leído un libro suyo, muy interesante, titulado "Al otro lado del túnel", que según dice la sinópsis del mismo publicada en la web de La casa del Libro, trata de una aproximación divulgativa pero de carácter científico, realizada por este psiquiatra, a las experiencias cercanas a la muerte (ECM). Con numerosos testimonios de personas españolas que han sufrido el «efecto túnel», se explica la secuencia más o menos completa de acontecimientos que anteceden a la muerte. Un viaje de salida de la vida con regreso a ella, en el que se tocan temas como: los sonidos de la muerte, la luz, viajes astrales, visitas de familiares muertos antes de la propia muerte, técnicas para acercarse a una ECM, etc.
Este tema, del que se ha escrito mucho, que yo sepa es la primera vez que es abordado por un médico y es muy recomendable.
En una interesante entrevista en "La Vanguardia", el periodista Víctor-M.Amela, aborda una serie de preguntas a este doctor, que quiero compartir en este post.
Me parece interesante la reflexión sobre el "Síndrome del decaimiento" y sobre el uso del Triptófano, aminioácido esencial, que logra que la glándula pineal segregue la melatonina, que es una hormona cerebral, que favorece el sueño, ya que la serotonina es precursora de la hormona melatonina, vital para regular el ciclo diario de sueño-vigilia. También se observa un efecto antidepresivo debido a la serotonina y el efecto tranquilizante de la serotonina actúa como un ansiolítico.
La melatonina es la hormona que regula el reloj biológico de nuestro organismo (la habréis oído mucho como remedio natural del JetLag...)
Bueno, tras este rollo científico (aunque fácil de entender, creo yo) voy a transcribir aquí las preguntas y respuestas que me han parecido muy interesantes acerca del mencionado síndrome del decaimiento, tan habitual hoy en día y que tantos fármacos y tratamientos mueve.
Uno de sus intereses, me dice, es el síndrome de decaimiento...
¡Cada vez es más frecuente! Precisamente una separación o una pérdida (de un
ser querido, un trabajo...) pueden desencadenarlo.
¿En
qué consiste ese síndrome?
Es un estado de ánimo bajo.
¿Qué
síntomas lo delatan? Apatía, cansancio, desmotivación, agobio, estrés, inapetencia sexual, desgana,
insomnio...
Todos
lo hemos sentido alguna vez.
Lo llamativo es que pasa cada vez más a menudo..., y a cada vez más personas.
¿A
qué atribuye este síndrome?
A nuestro bajo umbral de frustración.
¿Soportamos mal
la frustración?
Peor que nuestros padres y abuelos... Nosotros ocultamos la muerte, negamos el
dolor, rechazamos la dificultad... Fíjate: nos diagnostican una enfermedad, ¡y
nos sorprende!
Claro, ¿no?
¡La enfermedad es normal, es parte de la vida! En vez de entenderlo así, nos
preguntamos: "¿Cómo es posible?". Y seguimos: "¿Por qué
yo?". Y concluimos: "¡No es justo!". Son pensamientos muy
desvariados...
Ya.
Hay un desenlace fatal en urgencias, ¡y buscamos culpables! Nos cuesta aceptar
que lo normal es morirse, ¡y que lo excepcional es vivir! Nos creemos con
derecho a todo, ¡felicidad incluida y garantizada! Abominamos del dolor físico
y psíquico.
¿Y qué
deberíamos hacer?
Pues no vivir el dolor como trastorno y revés insoportable. "Estoy fatal
por un duelo", me dicen en la consulta. "¡Recéteme algo para que se
me pase rápido!", me piden. ¡Pues no, señor mío: ahora le toca pasarlo
mal! Páselo mal. ¿Qué tiene de malo pasarlo mal una temporadita, eh? ¡Ya
amainará!
O sea, que
deberíamos elevar nuestro umbral de frustración.
Si sobreproteges a tus hijos, ¡los desarmas frente a la frustración! Y se
frustrarán más.
¿Receta?
A mi hija de 21 años, que estudia Oceanografía en Canarias, ya le he dejado
claro que al terminar... ¡nada de volver a casita!
Es usted
coherente..., y rudo.
¡He educado así a mis hijos desde niños! ¿Cuál es el objetivo último de la
educación?
¿Cuál?
Ayudar al hijo a ser independiente rápido.
¿Bajará más el
umbral de frustración?
Quizá la crisis nos enseñe a arremangarnos, y así frenemos esa tendencia.
Colaboro como médico en África... y nadie allí padece síndrome de decaimiento:
¡encontrar qué comer les alegra sobremanera cada día!
¿Qué receta a
sus pacientes con síndrome de decaimiento?
Primero exploramos las causas de su decaimiento… y su umbral de frustración. Y
en vez de enmascarar sus síntomas recetando alegremente antidepresivos,
prefiero emplear el triptófano. Con eso puede bastar.
¿Triptófano?
Es un aminoácido esencial. No es un fármaco, sino un suplemento alimenticio. Si
abunda en sangre, tu cerebro podrá fabricar fácilmente serotonina..., ¡y te
subirá el ánimo!
¿Qué es la
serotonina?
El neurotransmisor del bienestar, de la satisfacción, de la saciedad... Y así
no necesitarás comerte un bollo (y engordar: ¡fatal!)
¿Dónde
encuentro triptófano?
En la farmacia. Una cápsula al día: no produce efectos colaterales ni adicción.
¡Disminuye la ansiedad y regula el ciclo del sueño!
Dormir bien es
la mejor medicina, ¿no?
Dormir mal facilita la tendencia depresiva.
¿Conclusión?
Combinamos una baja tolerancia a la frustración... y una alta autoexigencia:
¡peligro!
Bueno, pues ya sabemos algo más. Aminoácidos esenciales que regulan la producción de hormonas del bienestar. ¿Por qué tanto antidepresivo y tanto ansiolítico?
La vida es una montaña rusa, con subidas y bajadas, con calma y excitación, con expectativas y miedo. Es emoción. hay que vivirla.
"¿Qué tiene de malo pasarlo mal una temporadita?"
Fuente: La Vanguardia
12/06/2012 00:12 | Actualizado a 12/06/2012 21:26
Jorge Arizcun
Noviembre 2016