sábado, 6 de mayo de 2017

Sueños Despiertos


                     Trick or Treat      Consultoría y Coaching - Crecimiento Personal






He tenido un sueño.

Suelo soñar mucho cuando duermo, aunque la mayoría de las veces no puedo recordar de qué iba el sueño.

Hoy he soñado que John Lennon había dejado escrita una canción y que su hijo Julian la había publicado, pero con un sistema que impedía descargarla.

Unos hackers lograban descomponerla en partes para descargarla, con una aplicación informática de su invención y después pegaron las partes para volver a completarla.

Cuando la escucharon recompuesta notaron que en donde estaban las uniones pegadas había unos chasquidos, casi imperceptibles.

Ellos amplificaron esos chasquidos, que resultaron ser palabras que decían: "He estado junto a Dios"

Eso he soñado, entre otras cosas que no recuerdo.

Y me pregunto cómo desde mi subconsciente he podido crear esta historia, con esa coherencia e inventiva.

Y aún me pregunto más: ¿Qué significado puede tener este sueño?

Ahora me toca tratar de averiguarlo, aunque así a primera vista creo que viene a decirme algo sobre la eterna duda de la existencia de Dios, sobre la vida después de la muerte.

Y el hecho de que sea John Lennon el que deje ese mensaje, me sugiere algo así como que un personaje histórico, con un componente social, revolucionario y de influencia planetaria, como lo fue Jesús de Nazaret (salvando las distancias y sin querer molestar a nadie) podría darle una verosimilitud y una veracidad a ese mensaje.

Los sueños son increíbles. 

A veces explican en ese lenguaje onírico lo que no se ha podido entender despiertos. 

Y traen mensajes.

A veces son ventanas al más allá y logran ponerte en comunicación con el mundo espiritual, con seres queridos desaparecidos, con La Divinidad.

En muchas ocasiones resuelven problemas y nos traen soluciones creativas a desafíos y encrucijadas de la vida.

Dicen mucho de nosotros y de nuestro estado, nuestras preocupaciones, angustias, miedos y alegrías.

Es frustrante cómo tantas veces nos despertamos con el sueño ahí, perfectamente visible e interpretable, fresco. 

Y como el primer pensamiento consciente se lo lleva y hace que se esfume en la mente, no logrando retenerlo ni recordarlo, cuando pocos momentos antes estaba ahí, intacto y claro.

Cuando un sueño se manifiesta así, con claridad, permanece y lo recordamos perfectamente, cuando no se evapora y tiene coherencia, podemos analizarlo y tratar de averiguar qué nos quiere transmitir.

Porque es una transmisión, muchas veces en clave desde nuestro subconsciente, desde ese lugar interior, intangible y tan inaccesible para tanta gente, que no es consciente ni de su existencia misma.

Pues yo creo que ahí reside nuestro verdadero SER, que ahí está nuestra esencia. Que se despliega y manifiesta en esos periodos de sueño profundo.

La vida es sueño, como decía Calderón y está ahí clara, interpretable..., hasta que un pensamiento consciente hace que se esfume.

Esto nos pasa constantemente. Los pensamientos nos sacan del sueño que es la vida.

Y la vida se esfuma, literalmente.

La mejor manera de vivir la vida es, como dice una muy buena amiga,"con los sueños despiertos", con atención, sin dejar que los pensamientos se los lleven y se esfumen.

En ese estado de atención consciente permitimos expresarse a nuestro subconsciente. 

Normalmente lo hace, pero cuando no hay pensamientos, cuando dormimos, nuestra mente se conecta con nuestro subconsciente y se produce esa comunicación, esos mensajes, que al despertar desaparecen, o al menos no logramos recordar.

Pienso que los mensajes llegan de alguna manera y que en muchas ocasiones irrumpen en nuestra mente consciente como ideas, ocurrencias, soluciones, intuiciones.

La mente es un vehículo, atrapado la mayor parte del tiempo en el denso tráfico de los pensamientos incesantes.

Salir de ahí, de ese bullicio y caos es posible. 

Hay que trabajarlo y entrenarlo, pero es posible.

El estado ideal es el de relajación y calma, como cuando dormimos. 

Lograr alcanzarlo despiertos requiere de práctica. La vida no nos deja practicar mucho, no nos deja tiempo. 

Bueno, la vida no, que de eso no sabe nada. 

Más bien nuestro cerebro. 

Son nuestras percepciones las que lo condicionan todo. 

Y la de que el tiempo falta y se escapa no es más que una percepción de nuestro cerebro, condicionado por todo lo que tiene almacenado y por esos programas automáticos que constantemente se disparan sin que seamos conscientes.

Cuando dormimos no hay problemas. Todo es posible. 

Podemos tener emociones e incluso sensaciones y reacciones físicas, pero no hay problemas. 

En el mundo onírico, en el que se produce esa conexión con el subconsciente, vemos todo muy claro, con una lógica aplastante.

Cuando la vida se nos hace muy cuesta arriba, cuando los pensamientos nos agobian y nos asustan, queremos dormir. 

Buscamos el refugio del sueño. 

Porque mientras estamos ahí, estamos a salvo. 

Y cuando despertamos volvemos a percibir el peligro, a sentir las emociones como amenazantes, a reaccionar...

No digo que haya que estar dormido.

La evidencia de que los mensajes llegan y el subconsciente se manifiesta, debe ser un aliciente para buscar espacio en nuestra vida para conectarnos con nuestro interior. 

Donde están las respuestas y el conocimiento.

Yo soñé este sueño y los pensamientos no se lo llevaron. 

Puede que poco a poco pueda lograr, con trabajo en mi mismo, mantener abierta la conexión con mi interior, que ahora se abre y se cierra constantemente.

Para eso voy a soñar y mantener mis sueños despiertos.

Y tú, ¿te acuerdas de tus sueños?, ¿qué mensajes te traen?

Jorge Arizcun
Mayo 2017





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