lunes, 14 de noviembre de 2016

No tiene nada de malo pasarlo mal


                     Trick or Treat      Consultoría y Coaching


Este señor de la foto es el Doctor José Miguel Gaona, y es psiquiatra.
Yo he leído un libro suyo, muy interesante, titulado "Al otro lado del túnel", que según dice la sinópsis del mismo publicada en la web de La casa del Libro, trata de una aproximación divulgativa pero de carácter científico, realizada por este psiquiatra, a las experiencias cercanas a la muerte (ECM). Con numerosos testimonios de personas españolas que han sufrido el «efecto túnel», se explica la secuencia más o menos completa de acontecimientos que anteceden a la muerte. Un viaje de salida de la vida con regreso a ella, en el que se tocan temas como: los sonidos de la muerte, la luz, viajes astrales, visitas de familiares muertos antes de la propia muerte, técnicas para acercarse a una ECM, etc.

Este tema, del que se ha escrito mucho, que yo sepa es la primera vez que es abordado por un médico y es muy recomendable. 

En una interesante entrevista en "La Vanguardia", el periodista Víctor-M.Amela, aborda una serie de preguntas a este doctor, que quiero compartir en este post.

Me parece interesante la reflexión sobre el "Síndrome del decaimiento" y sobre el uso del Triptófano, aminioácido esencial, que logra que la glándula pineal segregue la melatonina, que es una hormona cerebral, que favorece el sueño, ya que la serotonina es precursora de la hormona melatonina, vital para regular el ciclo diario de sueño-vigilia. También se observa un efecto antidepresivo debido a la serotonina y el efecto tranquilizante de la serotonina actúa como un ansiolítico.
La melatonina es la hormona que regula el reloj biológico de nuestro organismo (la habréis oído mucho como remedio natural del JetLag...)


Bueno, tras este rollo científico (aunque fácil de entender, creo yo) voy a transcribir aquí las preguntas y respuestas que me han parecido muy interesantes acerca del mencionado síndrome del decaimiento, tan habitual hoy en día y que tantos fármacos y tratamientos mueve.

Uno de sus intereses, me dice, es el síndrome de decaimiento... 
¡Cada vez es más frecuente! Precisamente una separación o una pérdida (de un ser querido, un trabajo...) pueden desencadenarlo.

¿En qué consiste ese síndrome? 
Es un estado de ánimo bajo.
¿Qué síntomas lo delatan?                                                             Apatía, cansancio, desmotivación, agobio, estrés, inapetencia sexual, desgana, insomnio...
Todos lo hemos sentido alguna vez. 
Lo llamativo es que pasa cada vez más a menudo..., y a cada vez más personas.

¿A qué atribuye este síndrome? 
A nuestro bajo umbral de frustración.

¿Soportamos mal la frustración? 
Peor que nuestros padres y abuelos... Nosotros ocultamos la muerte, negamos el dolor, rechazamos la dificultad... Fíjate: nos diagnostican una enfermedad, ¡y nos sorprende!

Claro, ¿no? 
¡La enfermedad es normal, es parte de la vida! En vez de entenderlo así, nos preguntamos: "¿Cómo es posible?". Y seguimos: "¿Por qué yo?". Y concluimos: "¡No es justo!". Son pensamientos muy desvariados..
.

Ya. 
Hay un desenlace fatal en urgencias, ¡y buscamos culpables! Nos cuesta aceptar que lo normal es morirse, ¡y que lo excepcional es vivir! Nos creemos con derecho a todo, ¡felicidad incluida y garantizada! Abominamos del dolor físico y psíquico.

¿Y qué deberíamos hacer? 
Pues no vivir el dolor como trastorno y revés insoportable. "Estoy fatal por un duelo", me dicen en la consulta. "¡Recéteme algo para que se me pase rápido!", me piden. ¡Pues no, señor mío: ahora le toca pasarlo mal! Páselo mal.
¿Qué tiene de malo pasarlo mal una temporadita, eh? ¡Ya amainará!

O sea, que deberíamos elevar nuestro umbral de frustración. 
Si sobreproteges a tus hijos, ¡los desarmas frente a la frustración! Y se frustrarán más.

¿Receta? 
A mi hija de 21 años, que estudia Oceanografía en Canarias, ya le he dejado claro que al terminar... ¡nada de volver a casita!

Es usted coherente..., y rudo. 
¡He educado así a mis hijos desde niños! ¿Cuál es el objetivo último de la educación?

¿Cuál? 
Ayudar al hijo a ser independiente rápido.

¿Bajará más el umbral de frustración? 
Quizá la crisis nos enseñe a arremangarnos, y así frenemos esa tendencia. Colaboro como médico en África... y nadie allí padece síndrome de decaimiento: ¡encontrar qué comer les alegra sobremanera cada día!

¿Qué receta a sus pacientes con síndrome de decaimiento? 
Primero exploramos las causas de su decaimiento… y su umbral de frustración. Y en vez de enmascarar sus síntomas recetando alegremente antidepresivos, prefiero emplear el triptófano. Con eso puede bastar.

¿Triptófano? 
Es un aminoácido esencial. No es un fármaco, sino un suplemento alimenticio. Si abunda en sangre, tu cerebro podrá fabricar fácilmente serotonina..., ¡y te subirá el ánimo!

¿Qué es la serotonina? 
El neurotransmisor del bienestar, de la satisfacción, de la saciedad... Y así no necesitarás comerte un bollo (y engordar: ¡fatal!)

¿Dónde encuentro triptófano? 
En la farmacia. Una cápsula al día: no produce efectos colaterales ni adicción. ¡Disminuye la ansiedad y regula el ciclo del sueño!

Dormir bien es la mejor medicina, ¿no? 
Dormir mal facilita la tendencia depresiva.

¿Conclusión? 
Combinamos una baja tolerancia a la frustración... y una alta autoexigencia: ¡peligro!

Bueno, pues ya sabemos algo más. Aminoácidos esenciales que regulan la producción de hormonas del bienestar. ¿Por qué tanto antidepresivo y tanto ansiolítico? 

La vida es una montaña rusa, con subidas y bajadas, con calma y excitación, con expectativas y miedo. Es emoción. hay que vivirla.

"¿Qué tiene de malo pasarlo mal una temporadita?"

Fuente: La Vanguardia
12/06/2012 00:12 | Actualizado a 12/06/2012 21:26

      Jorge Arizcun 
Noviembre 2016

No necesitamos a nadie para ser felices


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Cuando crees que necesitas a alguien en tu vida para ser feliz, esa creencia realmente es una manifestación del vacío que tienes y crees que necesitas que otro te llene, que otro  te complete, porque  tú no te eres suficiente. 

Es una identificación con la necesidad, con la escasez, con la carencia y eso es lo que produce el apego a ese otro.

Cuando abres tu corazón a otro ser humano, porque crees que es el único que te hace sentir una persona aceptada, aprobada, querida, plena..., lo que estás pretendiendo es agarrarte y retener eso que momentáneamente te da una sensación de placer y de plenitud. 

Y lo que ocurre es que  te haces prisionero del apego a esas sensaciones que produce el enamoramiento. Es como si fueras por la vida sin corazón, literalmente, porque se lo has dado a esa otra persona. 

Es por esto que el grado de dependencia a otro puede llegar a ser total, hasta el punto de dejar de existir tú como ser independiente, autónomo y libre.

Y eso no es amor. Puedes llamarlo así porque lo que entiendes por verdadero amor es disfuncional. 

El amor de verdad no puede ser causa de dolor, no depende de las circunstancias externas, no provoca celos ni crea ansiedad. No tiene expectativas, no se apega al resultado, se vive aquí y ahora y deja libre a la otra persona para que pueda ser ella misma, liberándote  también a ti.

La libertad es la base de la mayor experiencia de plenitud. Sin ella, lo demás no existe. Es una mentira, es un error.

Nadie puede hacerte feliz. 

La sensación de bienestar que te pueda provocar la aceptación de los demás es pasajera. Se desgasta. Y provoca más vacío.

Debes mirar en tu interior, conocer  tus fortalezas y carencias. Trabajar en ti.

Tú eres quien más debes amarte. Nadie puede amarte más de lo que tú te amas. 

El apego hacia otra persona la coloca ante ti como responsable de tu felicidad. Pero tu felicidad depende exclusivamente de ti. Nadie puede ser feliz por ti, ni puede amarte por ti. 

La responsabilidad de tu vida es exclusivamente tuya y no puedes delegarla en nadie más. Debes tomar conciencia plena de esto y asumirlo, como primer paso de responsabilidad contigo.

Si te has visto yendo de una relación a otra buscando a esa persona que te complete y te apegas a una unión con alguien esperando que llene tu vacío, si este tipo de episodios se repiten en tu vida, significa que tienes que trabajar en tus creencias, en la imagen que tienes de ti, debes ahondar en tu interior y en el porqué de tu falta de amor hacia ti. 

Tu amor a ti nadie puede dártelo, nadie puede sustituirte en eso. 

Si buscas la pareja perfecta, tienes que ser consciente que la relación perfecta es la que te enseña lo que necesitas aprender de ti para soltarlo.

Las relaciones que aparecen en tu vida dependen de tu grado de evolución. 

Cuando seas consciente de tus expectativas, de tus inseguridades, de tus carencias, y trabajes la aceptación y las repares, serás libre de los apegos que no te permiten vivir relaciones sanas.

Cuando te sueltas y desapegas, descubres que el amor y la paz están en tu interior y puedes dar más amor a los demás. Te das cuenta que ya no puedes reclamar fuera algo que sabes que tienes en ti. 

Entonces  el amor a los demás surge como algo natural y fluye hacia la felicidad.

Sé consciente de tu nivel de tu adicción a los apegos. 

Tú no eres tu adicción y puedes liberarte  ya mismo. Es tu decisión. 

Encuentra algo que sustituya a tu necesidad. Se consciente de que formas parte de un todo, del Universo, de la Naturaleza, de Dios y establece conexión con eso a lo que perteneces, disfrutando de hacer cosas que te hagan sentir bien.

Ten siempre presente que el amor que buscas no se encuentra en el exterior, se encuentra dentro de ti. 

Tú eres ese amor.

Jorge Arizcun 
Noviembre 2016