sábado, 3 de noviembre de 2018

Disfrutar lo indisfrutable



    Acompañamiento para Gestión del Cambio 




Una vez me contaron la historia de una persona que pasando por un duro trance, hospitalizada con un grave problema de salud, ante la bienintencionada pregunta “¿cómo estás?” que alguien le hizo en una de las visitas, la persona enferma respondió:
“aquí, disfrutando lo indisfrutable

Esto me impresionó y me quedó grabado. Lo recuerdo a menudo y quiero compartirlo en esta entrada.

Hay varias formas de ver las cosas, de afrontar los retos y desafíos que la vida nos pone delante.

Una de ellas, muy habitual, es quejarse y lamentarse. Hacerse la víctima.

Otra es disfrutar el momento con lo que trae. Aunque pueda parecer indisfrutable.

Existen muchos ejemplos de personas que sonrieron hasta en las circunstancias más extremas, como el malogrado Stephen Hawking, al que puedes ver en la foto de arriba riendo con la ocurrencia divertida de su amigo... 

¿Qué te sugiere esa imagen? Cualquiera podría decir que para alguien con la terrible enfermedad que padecía el científico, no cabría en su vida el disfrute. Pues no es así, se puede disfrutar en cualquier condición, porque es una actitud y por tanto se puede elegir.

Hace poco volví a ver la película “El día de mañana” de Roland Emmerich en la que se relata la devastación provocada por un brusco cambio climático,

Hay una escena en la que tres científicos en un observatorio situado en las montañas del norte de Escocia se disponen para su inevitable final, aislados en el extremo temporal de nieve, poco antes de un letal descenso de temperatura.

Se les acaba de terminar el combustible del generador de electricidad y, ya sin energía, brindan con un whisky de 12 años que el científico director del observatorio, tiene escondido tras unos libros.

Brindan por la humanidad, por ellos y el último lo hace por el club de fútbol de sus amores, el Manchester United.

Todos ríen tras ese brindis final. El momento resulta cálido pese a la inexorable certeza de que van a morir en breve, congelados y sin ninguna posibilidad.

En nuestra vida vamos a encontrarnos con momentos aparentemente indisfrutables. Un síntoma claro de evolución personal es ser capaces de encontrar paz, fuerza interior, ganas y alegría, donde aparentemente no hay nada más que sufrimiento.

Sufrir es una opción. Como también lo es la desesperación. Abandonarse al sufrimiento y la tristeza, a la desesperanza, puede resultarnos natural en los malos momentos.

Fíjate en esas personas que en lo peor logran permanecer enteras y sonreír. En calma y en paz. Puede hacerse y es mejor opción para uno mismo y para los demás.

Disfrutar lo indisfrutable es posible y mejora notablemente las situaciones difíciles, haciéndolas más llevaderas, menos duras. Porque son experiencias válidas, que forman parte de la experiencia vital.

Disfruta de la vida, con todo lo que te traiga, no sólo con lo aparentemente bueno y con lo agradable. Esto no existiría sin lo contrario. Nada es bueno ni malo. Tan solo es. Depende de ti cómo decidas vivirlo.


Jorge Arizcun
COACHING ACTIVO
Noviembre 2018







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