Acompañamiento para Gestión del Cambio
Una vez
me contaron la historia de una persona que pasando por un duro trance,
hospitalizada con un grave problema de salud, ante la bienintencionada pregunta
“¿cómo estás?” que alguien le hizo en una de las visitas, la persona enferma respondió:
“aquí,
disfrutando lo indisfrutable”
Esto me
impresionó y me quedó grabado. Lo recuerdo a menudo y quiero compartirlo en
esta entrada.
Hay
varias formas de ver las cosas, de afrontar los retos y desafíos que la vida
nos pone delante.
Una de
ellas, muy habitual, es quejarse y lamentarse. Hacerse la víctima.
Otra es
disfrutar el momento con lo que trae. Aunque pueda parecer indisfrutable.
Existen
muchos ejemplos de personas que sonrieron hasta en las circunstancias más
extremas, como el malogrado Stephen Hawking, al que puedes ver en la foto de arriba riendo con la ocurrencia divertida de su amigo...
¿Qué te sugiere esa imagen? Cualquiera podría decir que para alguien con la terrible enfermedad que padecía el científico, no cabría en su vida el disfrute. Pues no es así, se puede disfrutar en cualquier condición, porque es una actitud y por tanto se puede elegir.
Hace
poco volví a ver la película “El día de mañana” de Roland Emmerich en la que se
relata la devastación provocada por un brusco cambio climático,
Hay una
escena en la que tres científicos en un observatorio situado en las montañas
del norte de Escocia se disponen para su inevitable final, aislados en el extremo temporal de nieve, poco antes de un letal descenso de temperatura.
Se les
acaba de terminar el combustible del generador de electricidad y, ya sin
energía, brindan con un whisky de 12 años que el científico director del
observatorio, tiene escondido tras unos libros.
Brindan
por la humanidad, por ellos y el último lo hace por el club de fútbol de sus
amores, el Manchester United.
Todos
ríen tras ese brindis final. El momento resulta cálido pese a la inexorable
certeza de que van a morir en breve, congelados y sin ninguna posibilidad.
En
nuestra vida vamos a encontrarnos con momentos aparentemente indisfrutables. Un
síntoma claro de evolución personal es ser capaces de encontrar paz, fuerza
interior, ganas y alegría, donde aparentemente no hay nada más que sufrimiento.
Sufrir
es una opción. Como también lo es la desesperación. Abandonarse al sufrimiento y
la tristeza, a la desesperanza, puede resultarnos natural en los malos
momentos.
Fíjate en esas personas que en lo peor logran permanecer enteras y sonreír. En calma y
en paz. Puede hacerse y es mejor opción para uno mismo y para los demás.
Disfrutar
lo indisfrutable es posible y mejora notablemente las situaciones difíciles,
haciéndolas más llevaderas, menos duras. Porque son experiencias válidas, que
forman parte de la experiencia vital.
Disfruta
de la vida, con todo lo que te traiga, no sólo con lo aparentemente bueno y con
lo agradable. Esto no existiría sin lo contrario. Nada es bueno ni malo. Tan
solo es. Depende de ti cómo decidas vivirlo.
Jorge Arizcun
COACHING ACTIVO
Noviembre 2018
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