Acompañamiento para Gestión del Cambio
Image: Pixabay
Un día estaba comentando con mi hijo mediano, cuando le tocaba fregar y lo estaba haciendo de cualquier manera, amontonando lo limpio sin pensar en la mejor forma para que se secara todo bien...
Le dije que eso que a él le parece un rollo, a muchas personas en el mundo les parecería un regalo poder hacerlo.
- ¿fregar?
- pues sí fregar, el hecho de poder hacerlo, que significa tener un grifo con agua corriente, caliente, jabón para lavar, una pila, una cocina, platos, cubiertos y cacharros, una casa, calentita mientras afuera llueve.
Y comida para cocinar y comer, la que mancha las cosas que hay que fregar...
Me parece muy importante tomar conciencia para estar presente en el ahora, fijarse, hacer lo que hay que hacer, disfrutar haciéndolo y agradecer.
En los trabajos hay muchas cosas que no nos gustan. Pero las cosas nada tienen que ver, son nuestra actitud y nuestros pensamientos respecto a ellas lo que las convierte ante nosotros, ante nuestra mente, en tediosas y aburridas.
Quería escribir algo sobre las cosas pesadas y aburridas, o que nos lo parecen. Las pobres cosas a las que nadie o pocos quieren. No pueden lucirse, no están valoradas. Son eso, cosas que la gente prefiere no hacer. Y son muchas.
La experiencia de vida se compone de todo, eso la equilibra y la enriquece. No puedes escoger vivir sólo una parte y hacer sólo lo que te apetece. Lo que te agrada. Eso no es posible.
No sólo has de hacer lo que te gusta, o lo que consideras que merece la pena.
Eso lo haces de buen grado, esmerándote. Esas cosas lucen y son valoradas, principalmente por ti.
Además de esas están las otras, las que no te apetecen. Las haces, si no tienes más remedio, pero a medias, de cualquier manera.
Estas cosas que ni a ti ni a casi nadie le gustan, no son bienvenidas, no pueden lucir, pero son necesarias y si las miramos con ese prisma, podemos darles valor.
Yo ahora estoy trabajando en una empresa de servicios y el principal que ofrecemos es el de limpieza.
Todo el mundo sabe que la limpieza es necesaria, pero a pocos les gusta limpiar.
Es curioso, es como que te guste estar en la cima de una montaña pero aborrezcas caminar o escalar.
Pero el camino es importante y es necesario recorrerlo. No puedes querer algo y no hacer nada para conseguirlo.
Con las cosas que nadie quiere hacer, por ejemplo limpiar, pasa eso. Queremos limpieza pero no limpiar. La gente que puede y las empresas, contratan ese servicio y son exigentes en su prestación y resultado, pero no lo valoran...
No ven a las personas que realizan ese trabajo, mucho menos las ven como profesionales. Es cierto que algunas de esas personas hacen ese trabajo sin que les guste y no buscan disfrutar haciéndolo. No le dan la importancia que tiene por ser necesario y lo hacen de cualquier forma, o sea mal. Esto es válido para muchas cosas más, en realidad lo es para todo, que puede hacerse bien, regular o mal.
El resultado es directamente proporcional a la calidad de la acción. En el ejemplo de la montaña es como si en vez de llegar a la cumbre y disfrutar de la vista y del logro, te conformases con llegar a un punto a media altura y ya...
Llegar hasta ahí supuso un esfuerzo. Y ya que lo iniciaste,
¿por qué no llegar donde sabes que vas a disfrutar de verdad y no a medias?
En la vida diaria hay muchas montañas que subir, más o menos elevadas, y en sus cumbres está el premio al esfuerzo realizado: Una cocina limpia y recogida, una ropa planchada y guardada, un informe bien presentado, una trabajo impecable, una habitación recogida, un baño limpio, unos cacharros bien fregados...
La satisfacción llega cuando lo haces lo mejor que puedes. Al final está la recompensa.Y si es otra persona la que lo hace, hay que respetar su esfuerzo y su trabajo y disfrutar con agradecimiento de lo que te encuentras hecho. Aunque lo hayas pagado.
Podrías llegar a la cima de una montaña y disfrutar de las vistas sin haber dado un paso. Podrías haber llegado a caballito sobre la espalda de otra persona que hubiese hecho el esfuerzo por ti. ¿Lo agradecerías?, ¿lo valorarías?
Mira las cosas que te da pereza hacer y no valoras. Mira su importancia. Observa a quien las hace.
Dedica un pensamiento a esto y decide si finalmente das valor o no a todo eso que no quieres hacer y que por necesario es valioso.
Revisa tu actitud ante esas tareas que no te gustan y si tienes que hacerlas, hazlas lo mejor posible, sin racanear.
No des mediocridad porque recogerás mediocridad y mirarás el paisaje desde una falsa cumbre, sabiendo que la verdadera está más arriba.
No disfrutarás del orden, ni de la limpieza, ni de las cosas bien hechas, tan solo de mediocridad. Y te mereces más ¿no crees?
No disfrutarás del orden, ni de la limpieza, ni de las cosas bien hechas, tan solo de mediocridad. Y te mereces más ¿no crees?
En España se denomina a eso ser cutre, a hacer las cosas a medias o directamente no hacerlas, a escaquearse a ver si otra persona las hace.
En fin, a subirse a la espalda de alguien que haga el esfuerzo por ti.
Jorge Arizcun
COACHING ACTIVO
Septiembre 2019
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