Muchas veces hemos oído que hay que hacer muchas acciones y rápidamente y que para lograr los objetivos hay que hacer un gran sacrificio, a veces sobrehumano.
Esto puede ser cierto en algunos casos, pero la realidad es que no siempre necesitamos hacer tanto esfuerzo, ni sacrificarnos tanto, ni tomar decisiones decisivas o radicales.
El no hacer pequeñas acciones diariamente, con constancia, es lo que nos lleva a tener que actuar de emergencia, pasando de lo que era importante a que se convierta en urgente.
Y esto nos desenfoca y altera, dándonos la falsa impresión de que todo requiere tensión, estrés, lo que no nos deja ver las verdaderas oportunidades y nos convierte en víctimas, literalmente.
Las pequeñas acciones, siempre enfocadas en el objetivo y realizadas con constancia a lo largo del tiempo, son las que nos llevan a obtener resultados.
¿Cuál es el secreto, si es que es un secreto, para lograr más con menos esfuerzo?
Antes habría que profundizar en la teoría del esfuerzo, pero eso es otro tema, para abordar en otra ocasión.
No hay que hacerlo solo. Si lo que se quiere es ir rápido, hay que hacerlo solo. Si lo que se quiere es llegar lejos, mejor, mucho mejor acompañado.
No hay que hacerlo perfecto. Avanzar y progresar es mucho más importante que la perfección (hay un dicho que dice que "lo perfecto es enemigo de lo bueno")
No hay que correr ni darse prisa. Solo es necesario ir en la dirección correcta (hay otro dicho que reza: "vísteme despacio, que tengo prisa...")
Es una muy buena idea llevar un registro de las acciones realizadas para poder medir el progreso y los logros.
La Fe. Hay que tener fe. Inquebrantable. Confiar en el proceso.
Al comienzo no veremos resultados. Una semilla recién plantada no muestra ningún cambio al principio y parece que no pasa nada ni aparece nada. Pero un día determinado, cuando es el momento, comienza a brotar de la tierra una pequeña plantita.
Hay que ser flexibles.
Si al cabo de un tiempo no se obtienen resultados, hay que pensar que quizás el problema no está en el objetivo.
Puede estar en la estrategia y puede que haya que cambiarla.
Y lo más importante: no desfallecer. Mantener la firmeza hasta lograrlo.
Jorge Arizcun
Diciembre 2016