Trick or Treat Consultoría y Coaching
Hoy es hoy, la hora exacta es la misma de siempre: Ahora mismo, en este mismo instante.
No hay otra hora posible, ni otro momento posible.
Estoy pensando en mi hijo mayor, que es pianista y que acaba de publicar un nuevo trabajo en su canal de Youtube. Excelente. Os lo recomiendo (y también suscribiros a su canal..., ¡claro!)
Aquí os dejo el vídeo:
Es difícil lo que él hace, lo que persigue. Es admirable.
Y es imitable, no me refiero a tocar el piano con la destreza que él lo hace (que le ha llevado muchos años) sino a la actitud necesaria para trabajar como él trabaja, hasta publicar el tema de unos pocos minutos, pero con muchas horas de dedicación detrás.
Él tiene claro su propósito vital. Y lo persigue, pese a las resistencias externas e internas.
Yo, que soy mucho mayor que él, aunque no tanto, tengo cada vez más claro mi propósito, que es exactamente en lo que estoy enfocado en este momento, tras años perdido por los caminos, que me han traído hasta aquí y de ahora en ahora.
Hasta este ahora, este instante en el que estoy haciendo exactamente lo que quiero hacer: Escribir. Reflexionar. Compartir. Ayudar.
Y sobre todo acompañar a otros para encontrar su camino.
Este post es una revelación. La de que me quiero dedicar a esto, quiero ayudar a los demás a ser y a crecer, desde mi propia experiencia de crecimiento personal.
Ayudar a descubrir qué es lo que realmente quieres hacer en tu vida, sinceramente, sin condicionamientos mentales, pensamientos saboteadores que nos retienen y no nos dejan salir de nuestra inconfortable zona de confort.
Que tiran de nosotros hacia atrás, nos asustan, nos dicen que no podemos, que abandonemos. Que ahí fuera está la incertidumbre y el peligro. Que mejor donde estamos, aunque estemos mal.
Pues yo no. Noto los tirones y las voces que me dicen "no lo hagas", "no puedes", "no sabes"
Pues SÍ voy a hacerlo, SÍ puedo. Y si no sé lo suficiente (nunca se sabe lo suficiente) pues aprendo (en ello estoy y estaré) y lo más importante:
SÍ QUIERO. Así cómo en una boda... Pero conmigo. Me comprometo conmigo mismo. Respiro conscientemente, profundamente, conectando con mi interior. Observo mi postura, mi mirada, mi determinación. Lo que pienso. Lo que siento.
En este momento de mi vida, estoy trabajando con un coach, que está logrando que yo saque de mi interior ese verdadero propósito, quitando capas y capas de excusas, de falsas creencias, o al menos incorrectas. Que me está ayudando a observar y analizar cambiando la perspectiva. Y sobre todo, a encontrar el camino que quiero seguir desde hace mucho, pero que no sabía concretar.
Coaching para crecimiento personal. Introspección y búsqueda dentro lo que fuera es imposible encontrar. Movimiento para enfocar desde nuevas perspectivas.
Mapas mentales como herramienta tremendamente útil y visual, que me hacen ver claramente todos los aspectos que afectan a mi situación, que me indican dónde me encuentro ahora mismo, exactamente. Y que determinan el punto de partida, de ahora en adelante.
¿Y cómo he llegado hasta aquí?
¡Uf! Es una historia larga. Espero no aburriros...
El resumen podría ser:
Cuando todo se cae y uno se cae con todo, pierde las referencias, pierde la seguridad, la fe y se ve en una situación de la que no tiene ni la más remota idea de cómo salir.
Lo intenta y se cae de nuevo, se levanta tambaleante para volver a intentarlo.
Una historia de pérdidas, de duelos. Primero en lo laboral: Crisis y pérdida de trabajo, tras 24 años en la misma empresa, casi desde sus inicios, con un gran desgaste emocional y personal.
Un nuevo proyecto de emprendimiento empresarial que se cae, tras poco más de un año.
Y en lo personal: La pérdida de mis padres, con poco más de un mes de diferencia entre la partida de mi madre y la de mi padre. Impacto emocional muy grande. Devastador.
En el mismo año, un fatídico 2014 (no existen años fatídicos, lo sé, son como son y uno les pone el adjetivo...) también me separo de mi pareja, tras muchos años juntos y me cambio de casa, de la que me veo obligado más tarde a cambiar de nuevo..., impactos todos que también afectan a mis hijos.
Este tsunami de acontecimientos deja mi vida como un solar lleno de escombros.
Cuando las cosas vienen así, no puede hacerse mucho. Y en esos momentos, en cada acontecimiento, uno va reaccionando como puede, o como le sale.
Y se queda finalmente con una gran sensación de vacío, con mucha duda existencial y se comienza a replantear la vida.
Yo comencé ahí a hacerlo, despacio. Había muchas heridas y contusiones. Había que poner muchas tiritas en el corazón.
Una por una.
Con cuidado.
Y así lo hice, pero quedé asolado. Depresión, ansiedad, pastillas...
Y empecé a buscar respuestas, para averiguar de verdad qué diantres había venido yo a hacer aquí.
Empecé a estudiar en profundidad. Ya me había graduado en un programa de MBSR (Mindfulness) que me había ayudado mucho y que aún lo hace.
Y me acerqué a Tolle, a Hay, a Cohelo, a Chopra, a Len. Descubrí el Ho'oponopono, la Cuántica, las Conversaciones con Dios, releí a Coelho, a Puig, a Dyer..., la Biblia, empecé a seguir a Mota... y decidí mi propia formación.
Abrí en Internet un proyecto de consultoría, al principio centrada en lo que podía aportar de mi experiencia profesional, trabajando con equipos comerciales, con los sistemas de calidad, con la dirección comercial, el marketing..., que finalmente he enfocado al crecimiento personal (y también profesional, que van ligados)
Retomé la escritura como vía de expresión y reflexión, para finalmente tomar la decisión de poner a disposición de todo aquel que quiera, mi ayuda, mi experiencia y mis conocimientos, adquiridos tras esa búsqueda intensa y frenética.
Necesitaba respuestas y las he encontrado. Y sigo encontrando más cada día.
Todas están en mi interior. Todas.
Y tú también las tienes.
Y como en "El Alquimista" encontré mi propósito vital, que estaba ahí en mi, que sin saberlo ponía en práctica cuidando otros corazones rotos, ayudando en lo profesional desde un enfoque humanista, en lo personal, hablando con mucha gente y compartiendo reflexiones y vivencias.
Aprendiendo a SER, aprendiendo sobre las emociones, sobre los pensamientos, siguiendo con mucho interés a otros que están en lo mismo que yo y que han encontrado el mismo propósito.
Re-descubriendo, reconociéndome.
Sabiendo que las dificultades son para crecer, para evolucionar. Que el cambio es bueno, es la esencia universal, es inherente a la vida.
Así que, desde aquí y ahora, totalmente decidido a seguir este camino, apasionante, incierto, vital.
Tengo un proyecto profesional, ambicioso, relacionado con la ingeniería de equipos y productos, en el campo del oil & gas, que puede darme, si finalmente arranca, la estabilidad y tranquilidad en lo económico y en lo material. Trabajo en él desde hace más de dos años con bastante desgaste. Aprendo y continúo, con mucha incertidumbre y dificultades, a veces con angustia y ansiedad.
Y también este otro proyecto de crecimiento personal, en el campo de la consultoría personal y pronto en el del coaching.
Acompañamiento para gestionar el cambio. Esto sí me apasiona, no me angustia y me da tranquilidad. Aquí no hay ansiedad ninguna.
Hace poco escribí sobre fareros, sobre que yo quise ser farero (es verdad) porque sé que dar luz a otros, para que puedan continuar su travesía, reconociendo las señales, alejándose de los peligros, es una tarea que se lleva dentro.
Ahora lo sé y ahora lo cuento.
Es en toda regla una "salida del armario"
Ese director Comercial y ese consultor de grandes negocios, es en realidad un Farero. Y ahora puedo decirlo.
En ese pasado que no existe y que mi mente distorsiona, mi personaje creyó que era eso en lo que trabajaba, con una formación técnica y comercial, con una trayectoria profesional que parecía un camino interminable, pero que va terminando.
Como todo.
Y ahora este cambio. Que da miedo, sí, pero bienvenido ese miedo. Porque no es un freno, es un aliciente.
"Hazlo. Y si te da miedo, ¡hazlo con miedo!" Es el lema de un programa en el que estoy participando de gestión del cambio y la incertidumbre y acompañamiento a la acción.
Pues por ahí van los tiros. Acción. La información y la formación no la busco, me encuentran a mi.
La vida es cambio, con luces y sombras. Yo me he propuesto desde mi posición privilegiada y expuesta, ser el que ilumine, así que me subo a lo alto del faro para que la linterna esté en perfectas condiciones para iluminar todos los días, con buen o mal tiempo, a aquellos que se acerquen y estén navegando en la oscuridad.
Muchos nos hemos encontrado así y muchos y muchas os encontráis así. Pues aquí estoy para ayudaros a ver la luz y cambiar el rumbo para no estrellaros.
Es posible. Os lo aseguro.
Mientras, seguiré lo que pueda con mi proyecto profesional, pero sobre todo seguiré escribiendo, estudiando y esperando día tras día poder ayudar y acompañar a quien me necesite y me elija para caminar juntos por un camino bien iluminado por este faro.
Ya tengo el método listo. No es difícil.
Es querer y ponerse. Yo aquí estoy.
Jorge Arizcun
Febrero 2017