Acompañamiento para Gestión del Cambio
Todo está en ti y en tu mente.
Eres tres personajes en uno: Creador, Ingeniero y Evaluador. En esta ocasión vas a traer al segundo personaje de los tres que eres: el Ingeniero.
Este va a ser el que diseñe el plan de acción. Tu personaje creador es quien dibujó la realidad que quieres y te la presentó con todo lujo de
detalles en un presente futuro: Tu meta.
Ahora toca trabajar. No vale sólo con visualizar, con adaptar
el lenguaje. Hay que hacer. Y aquí es donde tu personaje ingeniero tiene que
actuar.
Tienes la visión global de cómo quieres que sea tu vida en
ese tiempo futuro, pero estás aquí ahora, en tu realidad presente, por lo que es necesario
trazar el mapa y concretar las metas.
Existen herramientas que pueden ayudarte a situarte en el
presente, en dónde y cómo estás, para tomar decisiones en base a esa realidad
presente.
En coaching el trabajo principal es la definición de la
meta, del objetivo.
Por un lado está lo que quieres, lo que deseas. Imagínate un bocadillo que sale de tu
cabeza en forma de pensamiento, de idea. Es como una nube.
Tu personaje ingeniero es el encargado de convertir el deseo
en objetivo, que vamos a representar como una diana, con las herramientas y
técnicas adecuadas.
Un objetivo tiene que tener una característica esencial: la precisión. Debe
ser preciso, CONCRETO.
Para ponerte en acción y no quedarte en el mundo
de las ideas y deseos, es necesaria la actitud, que es el elemento motivador. Hay que entrenar al personaje creativo para que modifique ese lenguaje
interno y convertirlo en positivo y motivador.
De un “no haces nada” a un “¡venga, que tú puedes!” hay una
diferencia notable. Es esencial que tengas la seguridad de que puedes. Y de aquí
surge otra característica indispensable de un objetivo: que sea asequible,
REALIZABLE.
En cuanto a la posibilidad de realización de algo, es
importante CREER que puedes hacerlo, que ERES CAPAZ. Si no lo crees es muy
complicado que ni siquiera lo intentes. Por eso en coaching es tan importante
determinar previamente este aspecto, el grado de realizable que es un objetivo
para ti, para trabajar las creencias y los miedos, antes de ponerte en marcha,
o para determinar si es o no realista (yo tengo un objetivo que es ir al
espacio en un mes, pero me temo que no es un objetivo realista, así que no voy
a desgastarme en intentarlo)
Como aquí estamos hablando de cambio, pero el referido de
pasar de un estado a otro que quieres, hay algo que te va a
ser útil conocer y que va a determinar qué es aquello que puedes cambiar y lo
que no.
Para ello te propongo que desde tu personaje ingeniero dibujes dos círculos concéntricos. Uno más
grande y otro más pequeño dentro.
El de dentro, el más pequeño lo vamos a denominar CÍRCULO DE
INFLUENCIA. El más grande lo vamos a llamar CÍRCULO DE PREOCUPACIÓN.
Todo lo que te preocupa y te gustaría cambiar está en el
círculo grande y en el círculo pequeño está lo que depende de ti y puedes
cambiar. El espacio que queda entre el círculo grande y el pequeño es aquello
que no depende de ti, aquello que no está en tu mano cambiar. No está en tu
control.
Ese espacio fuera de tu control es en el que se mueve la especulación
mental.
No está en mi mano ni en mi control ir al espacio en un mes, aunque quiera. No hay mucho que yo pueda hacer para que eso se haga realidad. Así que si me
preocupo por eso, estoy transitando por ese espacio entre el círculo de
influencia y el de preocupación y es ahí donde la mente hace de las suyas,
especulando e inventando. Inútilmente.
Puede que antes de que termine el mes, un coche negro con el
distintivo de la NASA pare delante de mi casa y dos personas de negro muy
amables me inviten a irme con ellos… No es muy probable. Pero sí lo es que me
sienta fatal si permanezco en la puerta de mi casa, nervioso y preocupado,
esperando que aparezca ese coche.
Ya ves que esa frase que dice: “si tiene remedio, ¿por qué
te preocupas? Y si no lo tiene ¿por qué te preocupas?” es absolutamente cierta.
No debes preocuparte de aquello que no está en tu control cambiar.
Y ahora que ya has visto este aspecto tan importante a la
hora de establecer un objetivo, lo siguiente es establecerlo. Sí, ¿pero cual?
En las sesiones de coaching, este es un momento de
dificultad, decidirse por un objetivo. Porque puedes tener muchos, de
diferentes áreas de tu vida.
Para ayudarte existe una herramienta muy interesante y de
mucha utilidad que es el mapa de vida o “mapa telaraña”, un esquema de áreas, que desde tu
personaje ingeniero puedes trabajar.
Es divertido de realizar y muy gráfico. Para dibujarlo,
antes haz una lista de áreas de tu vida.
Por ejemplo:
- - Salud
- - Familia
- - Trabajo
- - Dinero
- - Amistades
- - Pareja
Una vez que los tengas, dibuja un círculo grande:
Ahora dibuja tantos radios como áreas de tu lista. Imagina que son los cortes de una pizza, para
hacer porciones iguales, nombrando cada punto en el círculo:
Una vez dibujado todo como te he explicado, ahora es el
momento de establecer el grado de satisfacción que tienes en cada área, que es
lo que te va a indicar en qué área quieres trabajar.
Podría hacerse lo mismo sólo en un área, por ejemplo la del
trabajo, y dividirla en distintos aspectos, como podrían ser: Orden del espacio de trabajo, Gestión del tiempo, Organización de tareas,
etc. Los aspectos que tú consideres importantes en esa área.
Para establecer el grado de satisfacción puedes crear una
escala de 1 a 10 en cada aspecto, siendo el 0 el centro del círculo:
Una vez establecida la escala, pon el grado de satisfacción
de cada aspecto en la gráfica y después une los puntos:
Te sale una figura. Es el polígono de satisfacción. Con
vértices más o menos lejos de la línea del círculo, donde se situaría la máxima
satisfacción, el 10.
En este ejemplo, los dos aspectos con menos puntuación en
la escala serían el dinero y la salud. Hay que decidirse a trabajar con uno, el
más importante para ti. Si el ejemplo fuera mío, elegiría la salud y me
enfocaría para empezar en esa área.
Todo lo que se sitúa en el interior del polígono es lo conseguido,
lo que tienes. El espacio que queda entre el perímetro del polígono y el
círculo es el potencial, el área de cambio.
Piensa que la forma de este
polígono va a ir cambiando a lo largo de la vida y que hay que trabajar constantemente
en él .
Una vez escogido el aspecto, por ejemplo la salud, se puede
volver a hacer un esquema de áreas, pero ya todas referidas a la salud y así
hasta determinar el objetivo por el que quieres empezar.
Cuando tengas definido ese objetivo, que podría ser por ejemplo:
hacer deporte, aún hay que seguir indagando y trabajando. Hacer deporte está
bien, pero quizás es demasiado amplio aún, como lo era aún más “tener buena
salud”. Es necesario, y es otra característica principal de un objetivo, que
este debe ser lo más ESPECÍFICO posible.
Muy bien. Ahora ya tienes claro en qué área de tu vida
quieres enfocarte para cambiar y tienes un objetivo claro y realizable.
Para ayudarte a conseguirlo hay una pregunta que puedes
hacerte: “¿Quién puede ayudarme”?
Siguiendo con los círculos puedes representar tus relaciones
mediante círculos concéntricos con uno en el centro que eres tú. Desde ese círculo
y desde dentro hacia fuera están las personas más o menos cercanas. De todas
ellas puedes determinar quién puede
ayudarte y explorar esas posibilidades de ayuda. No hagas caso a tu creencia,
si la tienes, de que no necesitas ayuda, que puedes solo. Tu ayudarías ¿no? Pues
eso… Hay que saber dar y recibir
La imagen de más arriba, la de la diana, representa la precisión.
Si quieres tirar con arco, no puedes coger el arco, colocar la flecha, tensar y
soltar, así sin más.
En la técnica de tiro con arco hay que precisar el tiro,
estabilizar, mantener el foco y disparar. Estas acciones son las que determinan
la clave del éxito.
Además de persistir y no desistir (habrá que realizar el
tiro cuantas veces sea necesario) manteniendo el foco en el objetivo. El objetivo
no es este preciso tiro que vas a intentar. Es el resultado a medio plazo que
vas a conseguir tras múltiples tiros.
Hay que enfocar con acciones concretas y medibles, acciones
que tienes que decidir y realizar, teniendo en cuenta las dificultades internas
y externas que vas a encontrarte, estableciendo
el nivel del 1 al 10 de la expectativa y
valorando posteriormente del 1 al 10 el
resultado.
Como si hubieses efectuado el tiro con arco, ¿cuál era tu
expectativa previa al tiro? Y ¿cuál ha sido el resultado? Y cuando la flecha ya
está clavada en la diana, a la vista del resultado y de lo lejos o cerca que
está del centro, ¿qué puedes hacer en el siguiente tiro que te acerque al
objetivo?
Tras todo lo visto y con la ayuda de tu
personaje ingeniero, ya estás en disposición de establecer un objetivo para ti
en el que comenzar a trabajar.
Este objetivo identificado, debes querer conseguirlo, creer
que puedes, debe ser lo más preciso posible, debe ser realista, debe tener una
fecha de realización, un tiempo concreto para lograrlo y debe ser posible medir
el grado de consecución, como cuando se ha disparado la flecha y ves en la
diana dónde se ha clavado.
Persiste en el intento, no pierdas el foco, apóyate
en los que pueden ayudarte y ¡a por ello!
Jorge Arizcun
COACHING ACTIVO
Diciembre 2021
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