sábado, 14 de diciembre de 2019

Mi última semana




    Acompañamiento para Gestión del Cambio 





Esta entrada la escribí 6 días antes de casarme y quiero con ella destacar una vez más la importancia de la conciencia plena aquí y ahora.

Esta es mi última semana.

Mi última semana antes de ¡casarme!

Esta mañana de lunes, yendo al trabajo en moto como cada día, iba pensando en el sábado, que es el día D, en los preparativos, en los invitados, en el tiempo que hará o no hará, en detalles de la preparación, en la celebración, en la novia, en nuestros hijos... en fin, pensamientos y pensamientos sobre ese día.

Hacía mucho frío y viento y llovía intermitentemente con fuerza. Condiciones nada favorables para ir en moto. Yo iba conduciendo y en mi cabeza todos esos pensamientos. Conducía en "piloto automático", algo muy peligroso siempre conduciendo y especialmente peligroso en un día como hoy.

En un momento determinado, sin que haya pasado nada que me alertase, he tomado conciencia de repente de la situación con un pensamiento: “es mi última semana”

Y me he dado cuenta de que no estaba a lo que tenía que estar y me he dicho en alto, “tío, ¿a qué estás? ¿no ves el tiempo que hace?” 

De inmediato he desechado los pensamientos sobre la boda para centrarme totalmente en la conducción de la moto con las condiciones climáticas adversas.

Mi última semana... Tras pensar en lo anterior, el significado bien podía ser otro. 

Si como consecuencia de estar distraído pensando en acontecimientos futuros a una semana vista, al ir conduciendo en moto, con el tiempo como estaba, si hubiese surgido algo inesperado, un obstáculo, un charco profundo, una ráfaga fuerte de viento, una incorporación inesperada de otro vehículo o cualquier otra cosa, podría haber tenido consecuencias graves, o quizás mortales. Entonces el significado de “mi última semana” en vez de referirse a mi última semana de soltero, lo haría sobre mi última semana sobre la tierra, o mi última semana entero, vaya usted a saber el alcance de esa luctuosa expresión…

No estar en el ahora, no estar presente y con atención plena a lo que sucede, especialmente si lo que sucede es que estás sentado sobre una máquina de dos ruedas, a ciento y pico kms por hora, en un día lluvioso y con viento, puede tener consecuencias graves o muy graves.

No está mal recrearse con acontecimientos por suceder, o visualizarlos. Pero no en cualquier momento y lugar.

En el trabajo puedes tener distracciones que hagan que cometas errores o no te des cuenta de algo importante, o no te enteres de lo que te comunican, ¡qué sé yo! Puede ser cualquier cosa.

O en casa si no prestas atención a lo que te dicen o a lo que haces por estar pensando en acontecimientos futuros.

Mira por donde, puede ocurrir y fatalmente estas cosas pasan, que por pensar en ese maravilloso día, se pierda la atención en lo de ahora y en el caso de, como yo esta mañana, tener un accidente que impida poder vivir ese momento futuro, que nunca va a llegar.

No te distraigas con el porvenir, por cerca que esté, porque puede que esté realmente muy lejos, o sea inalcanzable. Y tampoco por lo maravilloso que a priori puede parecer, porque puede convertirse en algo terrible.

Lo que hay es lo que hay ahora, no hay nada más. Incluso me estoy distrayendo de mi presente recordando lo que pasó esta mañana. Pero bueno, lo que estoy haciendo ahora es escribir, con plena conciencia de hacerlo.

Dentro de una semana es muy lejos, aún no existe. Cuando esté ahí en ese momento que entonces será presente, sí que deberé ser plenamente consciente del mismo, que será como tenga que ser. Pero no antes. No ahora, que hay que estar a lo que se está.

De momento, sigue siendo mi última semana de soltero, queda un día menos, el vivido hoy, o el que debería haber vivido hoy (¿cuánto me he perdido?)

¿Y tú?, ¿en qué estás?, ¿has vivido tu día conscientemente o has estado dando garbeos mentales fuera de tu ahora? ¿te has dado cuenta de lo que has hecho, de lo que has hablado y escuchado, de lo que has sentido?

Yo finalmente sí me he dado cuenta de lo que he sentido cuando he tomado conciencia mientras conducía hacia mi trabajo del posible significado de “mi última semana”. 

He sentido miedo, me he sobresaltado y también he sentido enfado por haberme distraído. Emociones que me han ayudado, ya lo creo.

Por cierto, me casé y fue un día maravilloso que viví intensamente y con plena conciencia.

Jorge Arizcun

viernes, 13 de diciembre de 2019

Volando



Acompañamiento para gestión del cambio



Cuando tienes sentimientos de abundancia y bienestar, la configuración de la realidad se ajusta a esos parámetros y tu vida se vuelve abundante y placentera.

No quiere decir que todo sea de color de rosa, ni que todo sea perfecto, pero como las cosas no son perfectas o imperfectas, buenas o malas, sino que "todo depende del cristal con que se mira" la percepción de la realidad que solo es, no de determinada forma, viene condicionada por el cristal, con el filtro a través del cual la ves.

En el caso de que esa lente sea la de la abundancia y el bienestar, la percepción será la del vaso medio lleno.

Desde esa percepción se te mostrará una realidad acorde con esa visión, que genera pensamientos y emociones alineadas con ella. Así que verás el vaso medio lleno y no medio vacío, que correspondería a una percepción de escasez y malestar.

¿Cómo sintonizar con esa percepción positiva? Hay una técnica, sencilla, que es la del Decreto.

Un decreto es una afirmación que has de elaborar de forma consciente y repetirla. Es como una señal lanzada al Universo, personalizada, en presente y con la conciencia de ser una realidad ahora y el agradecimiento por serlo.

Un ejemplo, que yo uso, para este mensaje poderoso de sintonización con la realidad vista desde ese prisma:
Como debe ser en primera persona y personalizado, es decir, que se refiere a ti y solo a ti, el comienzo del decreto deberá ser: "Yo, tu nombre y apellidos, y la afirmación.

Mi ejemplo: Yo, Jorge Arizcun Ceñal, tengo abundancia y salud
Y añades: Desde que tengo memoria.
Para que la afirmación se materialice en presente y se proyecte hacia el futuro, continúas con: Así sea, así es, está hecho.
Para terminar es necesario agradecer por esa realidad, símplemente. uno o varios Gracias.

El decreto queda así:
Yo, Jorge Arizcun Ceñal, Tengo abundancia y salud desde que tengo memoria. Así sea, así es, está hecho. Gracias, gracias, gracias.

Un decreto se asienta repitiéndolo, cuantas más veces mejor y durante días. Puedes hacerlo en voz alta o baja, como una oración, o bien pensando la frase conscientemente.
 
Ese mensaje es recogido por la inteligencia superior, el Universo, Dios, o como cada cual quiera denominarlo y la respuesta llegará.

Otra cosa importante es tener fe y no albergar expectativas. Esto puede parecer contradictorio, pero no lo es. La expectativa supone tratar de condicionar la respuesta, pero eso no puede hacerse. Hay que creer y soltar. Esa respuesta vendrá en la forma que haya de venir.

Sintonizar con la frecuencia correcta viene determinado por la repetición. Nuestro cerebro se "programa" y se sitúa en esa frecuencia. La realidad se ve modulada y se alinea con la afirmación y la respuesta llega. En el modo correcto.

Este ejercicio es poderoso y logra transformar la realidad. 

El decreto es lo que quieres, lo afirmas sin pedirlo, lo fijas al presente y lo agradeces. Nada más. Cientos de veces, cada vez que te acuerdes, cada vez que puedas.

Yo lo hago mucho durante el camino en moto a mi trabajo, en momentos en los que necesito calmar la mente y re-sintonizar con mi presente, antes de dormir, cuando me ducho, paseando con mi perra..., siempre que es posible.

Y ¿qué puedo contar? Pues que funciona. Y funciona porque combina varias disciplinas en una. La fe, la ley de la atracción y el Ho'oponopono.Que realmente vienen a surtir el mismo efecto.
Palabras de alta vibración, como "Gracias" que repetidas actúan como llave, como código de apertura. La ley de la atracción dice que lo que pides se te da, pero es una interpretación. Más que pedir, se trata de afirmar. El cerebro entiende de afirmaciones en presente y en positivo y el Universo, o Dios que es la extensión de nuestra mente, también.

La abundancia aparece en la realidad y el bienestar también. Como es una percepción, lo es independientemente de la expectativa o de la idea prefijada que tengas sobre ambas cosas.

Con la sintonía correcta podrás ser abundante con mucho o con poco, el filtro estará puesto y todo será abundancia. Con la salud y el bienestar también.
Aunque tengas o contraigas una enfermedad, tu percepción enfocará a la parte positiva de lo que sea que aparezca en tu presente y lograrás fijarlo ahí.
 
En mi caso, puedo contar que tras una etapa de mi vida oscura, difícil, con pérdidas, con la salud mental mermada por un estado depresivo, con desesperanza, miedo, angustia, sentimientos de escasez, pensamientos de pobreza y malestar, inicié con la guía y la ayuda de ese algo superior a mi, que yo denominó Espíritu Santo, un camino de autoconocimiento, complementado por un proceso de coaching (acompañamiento a la acción) y por estudio y lecturas relacionadas con el crecimiento personal, el mismo coaching, el ho'ponipono, el mindfulness, meditación, el tratamiento de la ansiedad mediante acupuntura y terapia holística oriental, que lograron que fuese reduciendo paulatinamente la medicación química (ansiolíticos y antidepresivos)

Poco a poco, trabajando a diario, escribiendo, acudiendo a terapia psicológica y con fe y trabajo personal, llegue al punto en el que tomé contacto con esta poderosa herramienta que es el decreto y lo puse en práctica.

También lo he simultaneado y lo sigo haciendo con la repetición de palabras de alta vibración, que es el Ho'oponopono, la práctica de la atención plena (mindfulness) y la oración, que en realidad se complementan y finalmente son todo en uno.

¿Y qué ha ocurrido? Pues algo sorprendente. Todas las facetas de mi existencia se han ido arreglando, una por una, y se ha asentado un sentimiento de abundancia, salud, bienestar y gratitud que hacen que vea mi realidad ahora llena de presentes, en el sentido de regalos y en el sentido de aquí y ahora. 

Presentes en presente. Creo que muchos ya estaban ahí pero no podía ser consciente de ellos. 

He logrado, y tú también puedes hacerlo, despertar a una realidad que me sorprende, positiva, de abundancia y bienestar. En paz e independiente de los acontecimientos, de lo material y de lo externo. 

Este modo mental logra que aprecie lo externo como abundante y mi organismo, la parte material que me transporta y me conecta con el exterior, como saludable.

Hoy, y de ahí el título de esta entrada, me encuentro volando, en este preciso instante en el que estoy escribiendo. Estoy en un avión, rumbo a las Islas Canarias, tras haberme casado hace unos días, con una persona a la que en un modo mental distinto, aunque hubiese aparecido en mi vida, simplemente no habría visto.

Disfruto de una estabilidad laboral, en un trabajo y una empresa que me encantan, de una estabilidad familiar, personal y económica cada vez mayor y con unas perspectivas buenas, aunque sin expectativas. 

Sí con intención y enfoque, pero sin expectativas. Porque lo que tenga que ser, será y será bueno y correcto.

Vuelo hacia mi destino, que en este preciso momento se reduce a volar. Nada más.

Tú también puedes, da igual de donde partas. Trabaja en ti, aprende, escucha, respira, conecta, cree y construye tu decreto.

Y repite, repite, repite...

Ten fe y agradece. 
Todo el tiempo. 

Tu realidad se va a transformar y como yo, volarás.
Buen vuelo.