lunes, 28 de enero de 2019

Discusión y enfado



    Acompañamiento para Gestión del Cambio 







"Cuando dos personas discuten y se enfadan los corazones están muy lejos."

Esta frase me la dijo mi hija cuando tenía 11 años. La anoté en ese momento y ahora reflexiono sobre ella:


Físicamente cerca y emocionalmente lejos, muy lejos.


Discutir, enfadarse, ¿Te parce sensato? Desde luego, si lo que produce es ese alejamiento de los corazones..., para mi no lo es.


Yo antes era de mucho discutir, pero en mi casa era una actividad normal. No para pelear ni enfadarse, sino por el mero placer de discutir, de polemizar. Querer llevar la razón, daba igual en qué. En mi familia era casi como un deporte, se gritaba mucho mucho y a veces sí que había algún enfado, aunque la sangre no llegaba al río. 


Pero aprendí algo. Salvo como diversión, no servía de nada.


Siempre me sentí con mi corazón cerca de los míos y nunca hubo un enfado serio de verdad. Quizás alguna vez hubiera alguno, pero ganaban los corazones, que nunca se alejaban mucho.


No es bueno ni razonable enfadarse con alguien hasta el punto de provocar distanciamiento. Las emociones que afloran entonces son el rencor, el orgullo y a veces la ira, que en este contexto no son adaptativas y te perjudican.


Si notas que tu corazón se encuentra lejos de la otra persona, has de identificar qué emoción te produce esa distancia. ¿Tristeza?, ¿preocupación?, ¿enfado?, ¿indiferencia?


Piensa que dos corazones se alejan si antes han estado cerca. No puedes sentir ese alejamiento si la persona no es importante para ti, o es extraña.


Discutir y enfadarse son consecuencias de no aceptar otras opiniones distintas a las nuestras, no empatizar, no querer entender. 


Lamentablemente muchas personas se han alejado de corazón y el esfuerzo que requiere el acercamiento les resulta demasiado grande.


El enfado, el resentimiento, el orgullo, son barreras que impiden el acercamiento.


Si cuando sientes ese alejamiento tu sensación es mala y le das vueltas, o tratas de apartar esos sentimientos, piensa que es por algo. Que esa persona te importa y por eso te sientes mal.


El orgullo es una emoción bloqueante y disfuncional cuando produce enfrentamiento, enfado y distancia. Encastillarse en una posición inamovible y no hacer más por la relación con esa persona que te importa y con la que te has enfadado conlleva alejamiento y este solo lleva a que ese enfado se cronifique, aumentando la distancia más y más.


Todos tenemos corazones distantes que fueron cercanos. Todos llevamos mochilas de resentimiento, orgullo, enfado y rencor. Muchas veces por discusiones tras las que se ha producido desencuentro.


El tiempo pasa. Piensa en ello. No sabes cuando se va a acabar el tuyo o el de la otra persona.


¿Merece la pena mantener la distancia? ¿Es razonable que esa persona a la que quisiste y seguramente aún quieres y de la que te sentías cerca, ahora esté tan lejos? ¿Es posible hacer algo para acortar ese espacio que se ha abierto para acercar los corazones? 


Sí, es posible, pero deberías plantearte aparcar el enfado y el orgullo. Ambos son tuyos y suponen una pesada carga que requiere mucha energía para llevarla. No es fácil aligerarla y muchas personas están dispuestas a cargar esa mochila para siempre, en lugar de emplear la energía en acercarse de nuevo.

Puedes empezar por observar lo que te pasa, lo que sientes y lo que supone para ti esa distancia. Puede que creas que no te importa, que así es mejor, que no merece la pena, que al otro corazón le da lo mismo. Puede ser, pero no vayas a negar lo que te produce a ti, si es que te produce algo.


Si te diese igual, entonces no sentirías nada, ni pensarías más en ello. Si es así, está bien. Si no, piensa en lo que está en tu mano hacer.


A veces basta una disculpa, una llamada, un mensaje. Otras hace falta algo más o mucho más. En cualquier caso requiere tiempo. Los corazones que se separan requieren de una fuerza grande para volver a acercarse, para salvar la distancia que los separa.


En cualquier caso, el tiempo en este caso no suele ser curativo. Si tras una discusión se produce enfado y distanciamiento, mejor hacer algo pronto y no dejar que el orgullo y las emociones negativas ocupen ese frío espacio que se ha abierto entre los corazones. Si dejas pasar el tiempo, esas emociones se quedarán allí a vivir. 


Y te pesará. Mucho.

La única manera de aligerar la carga es tratar de acercar esos corazones que están lejos, sustituyendo todos esos malos sentimientos y emociones por la más poderosa, la única que puede lograr que los corazones se acerquen de nuevo: 


El amor.

Os enfadasteis, ya está. ¿Para qué persistir en el enfado? 


No dejes que exista en tu ahora, no dejes que se quede, que se enquiste. 


Porque mañana, que puede ser el próximo instante, podría ya ser tarde.



Jorge Arizcun
COACHING ACTIVO
Enero 2019







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domingo, 27 de enero de 2019

Fantasmas



    Acompañamiento para Gestión del Cambio 






En ocasiones emergen espectros de nuestro pasado.

Antiguas relaciones encarnadas en personas que dejaron de compartir nuestro camino hace tiempo.

Son apariciones que a veces nos desconciertan y hasta nos asustan o como mínimo nos provocan cierta inquietud y siempre curiosidad. ¿Cuál es su aspecto actual respecto al que recordamos?, ¿qué se le ofrece?, ¿por qué aparece ahora?


Pueden ser reencuentros dichosos y placenteros o, por el contrario, pesadillas.
 
Personas que se instalaron en nuestro recuerdo, definitivamente en apariencia,y cuando entre las brumas del pasado aparecen en el presente, donde no están ni se les espera, nos despiertan esa inquietud inicial al remover esos recuerdos, que reposaban tranquilos en la memoria.


La vida no se detiene. No puede hacerlo. Y nosotros tampoco. 


Acontecimientos y personas se suceden a lo largo del tiempo. Algunas permanecen, aunque a medida que el tiempo transcurre van cambiando y no son las mismas que eran años atrás, pero el cambio se va asimilando al estar cerca y presentes en nuestra vida.

Las que salieron, siguieron su camino con cambios físicos y personales con el paso del tiempo. 


Si reaparecen de pronto puede resultar un choque importante. 

Además, dependiendo de la experiencia vivida en ese tiempo compartido, la cosa puede ser más o menos traumatizante.

No se trata de rechazar los reencuentros, para nada, sólo que hay reencuentros que no se esperan ni se desean, con personas que en su momento salieron felizmente de nuestras vidas y al aparecer es como si mientras caminamos una mano saliera de la tierra y nos agarrase de la pierna... Un espectro resucitado, aunque con dudoso aspecto, que quisiera frenarnos y llevarnos de nuevo hacia el pasado.

 
Esto puede parecer fuerte, es verdad, pero existen verdaderos fantasmas, algunos no muy agradables al aparecerse de repente.

 
El tiempo va realizando su trabajo, colocando y archivando todo aquello que no forma parte del presente. 


Los armarios, cajones, estancias y tumbas del pasado a veces se abren volcando su contenido en nuestro presente y es normal sentir que lo que reaparece está fuera de lugar, en mayor o menor medida.

Hay apariciones que pueden resultar agradables, despertando nostálgicos recuerdos que podemos rememorar con esas personas que regresan a nuestra vida. Y hay otros que lo que despiertan son recuerdos oscuros, desagradables, que no nos apetecen, que incluso rechazamos. 


Pesadillas de oscuros ayeres. Estos espectros mejor ahí, quietecitos en el olvido.

Cada uno tiene sus fantasmas. Cada uno sabe qué hacer cuando reaparecen y los sentimientos que despiertan. Que el pasado llame a la puerta del presente es una distorsión. Lo que vemos al abrirse esa puerta no tiene que ver con lo que en su momento se guardó, archivó o enterró.

 
Aunque hay veces que lo que reaparece es mejor, mucho mejor.

 
En cualquier caso son fantasmas que regresan. Que nos asusten o no es cosa nuestra. Si no perdemos de vista nuestro presente no hay por qué temer, ni por qué sentirse mal. Podemos observar sin juzgar. Podemos acoger o rechazar. Pero mejor no intentar volver atrás. Y mucho menos ir a despertarlos para que vuelvan a nuestras vidas. Es un juego peligroso con consecuencias impredecibles.

 
La vida transcurre hoy. Si algo de atrás vuelve, debemos ser conscientes que lo hace con una importante transformación, la que ha obrado el tiempo. A partir de ahí ya verá cada uno. Si es agradable, bienvenido. Si no lo es, cuidado...

 
No es por meter miedo. Pero el pasado es otro tiempo. No esperemos encontrar hoy lo mismo que quedó en el ayer. No es posible. En el ahora no caben los fantasmas de otro tiempo. Porque la vida es ahora.





Jorge Arizcun
COACHING ACTIVO
Enero 2019







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domingo, 13 de enero de 2019

Domingos



    Acompañamiento para Gestión del Cambio 



¿Por qué esa sensación de que finaliza el fin de semana y la desazón consiguiente?

Puede que a ti no te pase y que el domingo sea un día más de la semana, distinto por ser festivo, ni mejor ni peor. 

Pero en general, entre los días del fin de semana el domingo se percibe como peor, especialmente por la tarde, al ser el preludio del duro comienzo de la semana, que representa el lunes.

El sábado se considera un día totalmente festivo, al no tener que trabajar (una mayoría) al día siguiente y el viernes es un día estupendo ya que desemboca de lleno en el tiempo de ocio.

Curiosa apreciación del tiempo y de los días.

Como siempre, es bueno hacer un ejercicio de relativización para equilibrar. 

Antes he puesto entre paréntesis que una mayoría tiene fin de semana como tiempo de ocio sin obligaciones laborales. Las personas que no lo tienen, evidentemente perciben todo lo anterior de forma muy distinta. Y aún voy más allá, las que no pueden trabajar, pueden ver con envidia a los que el lunes reanudan su trabajo, las que no pueden por estar enfermas, o vivir en situaciones vitales más extremas puede que ni se lo planteen. 

Así que, desde este punto de vista, resultante de relativizar, tener fin de semana es un lujo. Y trabajar durante la semana es un privilegio si lo comparamos con otras situaciones de personas que no pueden hacerlo.

Claro que hacia el otro lado podemos observar con la misma envidia que sienten esas personas a las que les gustaría disfrutar del fin de semana de ocio entre días laborables, a aquellas que no tienen que trabajar, para las que los fines de semana son una extensión a los cinco días precedentes, también sin obligaciones laborales o académicas. Personas jubiladas, o con situaciones económicas muy desahogadas, que no precisan trabajar para ganarse la vida...

Podemos mirarlo como queramos hacerlo. ¿Y si lo hacemos en positivo? 

Un Domingo es un día más para vivir. Una infinidad de posibilidades, un privilegio. Sea cual sea la situación que tengas es un regalo, como lo son el resto de días. El día siguiente ya vendrá, con lo que haya de traer. Trabajo, estudios, viajes, ocio... 

Da igual. Es VIDA, con mayúsculas. 

Míralo así y verás que no hay por qué estar mal, ni por que sentir desazón, ni malestar. Piensa que lo has disfrutado y piensa en todos los que no pueden hacerlo. Quizás alguna persona de las del otro lado, de las que no tienen que trabajar, ni estudiar, puede que te mire con envidia a su vez, ¿quién sabe?

La mejor forma de pasar un domingo por la tarde es vivirlo, con las posibilidades que ofrece una tarde de final de fin de semana en la que el tiempo parece que corre a otro ritmo. Se trata sólo de percepción y de pensamientos. 

La realidad es otra. Muy distinta. Mucho más profunda. 

Detén el programa mental "domingo por la tarde". Ese que hace tiempo quedó grabado y se dispara cada 7 días sin falta, provocando esas reacciones que sientes.

Aprovecha ese tiempo, ese ritmo más lento, el descanso, la actividad, lo que traiga. No es mejor ni peor que el lunes o que cualquier otro día. Cada uno es importante y único. Quítales el nombre y la carga de pensamientos que los clasifican y juzgan, y disfrútalos. 

No hay días de transición hacia otro día. Hay momentos sucesivos que vivir conscientemente. El domingo por la tarde no nos prepara para el lunes. Ni el viernes para el fin de semana. Son cada uno valiosos en sí mismos, con todos sus momentos. Y han de ser bienvenidos y disfrutados como vengan.

Feliz ahora, se llame como se llame.


Jorge Arizcun
COACHING ACTIVO
Enero 2019







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Lo único que permanece es el cambio - Parte 5



    Acompañamiento para Gestión del Cambio 



Tras recorrer el camino del cambio en las cuatro entradas anteriores, vamos a seguir en esta quinta, explorando las barreras que nos autoimponemos.

¿Eres consciente de esas barreras que te pones? ¿De qué información sobre ti dispones? ¿qué grado de autoconfianza tienes?

Hoy vamos a traer al tercer personaje, el EVALUADOR.

Dos de las barreras con las que puedes encontrarte en tu trabajo de cambio son la pereza y la procastinación. ¿cual es el beneficio oculto que obtienes con estas actitudes?

El beneficio es parar, no seguir, no moverse. Quedarse en la zona de confort, que no es un buen sitio. Es un beneficio a corto plazo y supone un sucedáneo de la satisfacción.. Una falsa satisfacción. 

Tu mente te engaña y te boicotea. Las excusas para no seguir las fabrica tu ego, el personaje que crees que eres.

Es importante que identifiques patrones aprendidos en esas actitudes de inercia, de resistencia al cambio.

¿Por qué esa resistencia? Una gran parte de tu cerebro se ocupa de tu supervivencia. Cuando el cerebro está en esa función, todo son amenazas y en su intento de protegerte frente a ellas, provoca esas resistencias y rescata patrones aprendidos. Se generan emociones como la pereza que te llevan a posponer.

Muchas personas se ocupan más de los demás que de sí mismas. En situaciones de bloqueo personal, de miedo al cambio, es muy habitual que se tienda a ayudar a otros, que se enfoque en los otros. Es una manera de protegerse y justificarse ante ese cambio que hay que hacer y que no se quiere acometer.

Pero para ayudar a los demás, tu botella ha de estar llena. Llena de energía, de salud y de fuerza. Tienes que cuidarte, porque uno de los aspectos importantes que suele abandonarse o descuidarse es el autocuidado, mental y físico.

Si entregas tu vida a otros, olvidándote de ti, pierdes tu responsabilidad personal y el beneficio que obtienes es sentirte buena persona. Pero sólo en un aspecto, hacia fuera, hacia los otros. pero ¿y contigo? ¿eres buena persona contigo?

En los procesos de cambio, alcanzar la meta, el objetivo, es un éxito. En muchas ocasiones el miedo se sitúa en ese punto. Existe el miedo al éxito, que es miedo a la responsabilidad para alcanzarlo.

Puedes hacerte dos preguntas, que te ayudarán a saber de qué te tienes que responsabilizar y qué es lo que quieres realmente, desde la libertad de elección que debes tener, sin ataduras de tu mente, ni encorsetamientos de tu ego:

¿Para qué?
¿Qué es lo que tiene sentido para mi?

Esas preguntas te pueden ayudar a trabajar en el afianzamiento de aquello en lo que sabes que eres bueno o buena. Te pueden ayudar a saber si estás haciendo lo correcto y vencer las resistencias.

Existe un ejercicio que puedes realizar en pareja, que consiste en escribir aquello en lo que consideras que vales y tienes capacidad de lograr, y pegarlas en una pared, cada una en un papel. Ponerte a una cierta distancia y tratar de ir a por ellas, mientras tu pareja de ejercicio opone resistencia a tu avance.

Es un ejercicio de conexión con uno mismo para ser capaz de escribir aquello en lo que te consideras competente y de esfuerzo para vencer las resistencias. No es tanto vencer físicamente las resistencias que son las propias barreras, que están en la mente, sino conectar con ellas, reconocerlas y descubrir el para qué, para qué están allí.

Muchas veces somos nosotros mismos los que creamos las barreras, los que nos sujetamos y ofrecemos resistencia al avance.

Es muy importante aprender a soltar lastre. Un globo no se elevará si no se desprende de ese lastre, ese peso adicional que lo mantiene en tierra. Es preciso soltar para partir, para volar. Ese lastre pueden ser barreras mentales, pueden ser personas, relaciones, cosas, lugares, trabajos...

Es importante identificar aquello que te sujeta y para qué lo hace. Muchas veces puedes encontrarte que no quieres causar problemas, hacer daño, no quieres iniciar el cambio porque este puede afectar a otros... pero simplemente has de tomar conciencia de cual es tu intención. Si esta es positiva y consideras importante el cambio primero para ti, entonces esa barrera puedes soltarla, porque será beneficioso también para tu entorno.

La vida es un proceso evolutivo PERSONAL. No es un proceso evolutivo para otros, es para ti. Tú eres quien evoluciona a lo largo de tu vida, y los demás están en su propio proceso de evolución, que no es el tuyo. 

Puede parecerte algo egoista esto, pero no tiene nada que ver con el egoísmo. Si tú no evolucionas, si no alcanzas tus metas, si no vas cumpliendo objetivos, serás un lastre para ti mismo y lo serás también para los demás. Reflexiona sobre ello. Si tú no estás bien, difícilmente vas a ser de ayuda a otros.

Una de las resistencias, de las barreras que se oponen a tus deseos de cambio son las creencias. Estas son programaciones mentales puras y duras. Tu mente desde que naciste fue grabando en el disco duro que es tu cerebro aproximadamente hasta los 7 años. En ese tiempo se fueron instalando programas y se fueron guardando datos y datos, que esos programas procesan.

Sirven para situarnos en el mundo, pero vienen de fuera, de nuestros padres y entorno familiar, del colegio, de las películas y lecturas, de la tele... Sirven para empezar. Con el tiempo muchas de esas grabaciones y programas se desactualizan y dejan de ser funcionales.

Identificar las creencias y determinar si son o no funcionales y útiles ahora, es un primer paso importante para vencer las resistencias que suponen la ejecución de esos programas mentales.

No todas son barreras. las creencias pueden ser de ayuda (funcionales) o puede que no te ayuden (disfuncionales) Son estas las que suponen un freno y una barrera.

En la PNL (Programación Neurolingüística) se establecen dos tipos de expresión:

1.- REACTIVA
2.- PROACTIVA

La primera se refiere a las justificaciones y las excusas y la segunda se refiere a la identificación de las barreras y cómo superarlas.

Hay un ejercicio muy interesante y potente que puede ayudarte. Tiene que ver con la identificación con las creencias limitantes, que son disfuncionales y en las que hay que trabajar.

Se trata de una secuencia de expresiones ordenadas, 5 en el tipo 1 y 5 en el tipo 2. 

1.- REACTIVO

a) "Si no fuera por..."
b) "yo podría..."
c) "hasta que..."
d) "yo no podré..."
e) "y mientras tanto yo..."

2.- PROACTIVO

f) "Dado que..."
g) "me impide..."
h) "y lo que quiero es..."
i) "lo que puedo hacer..."
j) "y qué más..."

Llévalo a tu experiencia personal y pon ejemplos reales. Habla de tu objetivo y obsérvalo desde ambas partes, reactiva y proactiva.

Te pongo mi propio ejemplo:

1.-
a) Si no fuera por... 
la idea de "locura" que puede parecer pensar en un cambio de vida radical,
b) yo podría... 
mirar al futuro, hacia mi objetivo y centrarme al 100% en mi proyecto vital
c) Hasta que... 
no lo interorice y me deje de excusas
d) Yo no podré... 
avanzar hasta conseguirlo
e) Y mientras tanto yo... 
me quedo paralizado, atemorizado, con sensación de no poder y sufriendo, juzgándome. Busco otras alternativas menos gratificantes. Sobrevivo y no tomo las riendas.

2.-
f) Dado que... 
las excusas y las barreras mentales
g) Me impiden... 
avanzar con confianza hacia lo que quiero
h) Y lo que quiero es... 
caminar por ese camino, conscientemente y lograr mi propósito
i) Lo que puedo hacer... 
es centrarme todo lo posible en ello, estudiar, formarme, hacer las cosas como realmente quiero. Trabajar todos los días
j) Y qué más... 
Enfocarme en la meta con acciones concretas. Buscar trabajo de acuerdo con ese objetivo vital, en un emprendimiento propio o trabajando en un proyecto de otro. Integrarlo en mi vida. Abrir mi mente. Enfocar. vencer al miedo.

Esto pertenece a mi experiencia. En ese momento de miedo e incertidumbre previo al cambio. El cambio se produjo y enfoqué hacia lo que quería. Estudié. me hice coach y encontré trabajo. Vencí barreras, solté lastre, inicié una nueva relación de pareja,cambié de ciudad, encontré nuevos amigos, avancé.. Y sigo avanzando hacia nuevos objetivos.
Tú también puedes.

Lo dejo aquí por ahora, que sino la entrada es muy larga.
Seguiremos con nuestro personaje evaluador...


Jorge Arizcun
COACHING ACTIVO
Enero 2019







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