domingo, 13 de enero de 2019

Domingos



    Acompañamiento para Gestión del Cambio 



¿Por qué esa sensación de que finaliza el fin de semana y la desazón consiguiente?

Puede que a ti no te pase y que el domingo sea un día más de la semana, distinto por ser festivo, ni mejor ni peor. 

Pero en general, entre los días del fin de semana el domingo se percibe como peor, especialmente por la tarde, al ser el preludio del duro comienzo de la semana, que representa el lunes.

El sábado se considera un día totalmente festivo, al no tener que trabajar (una mayoría) al día siguiente y el viernes es un día estupendo ya que desemboca de lleno en el tiempo de ocio.

Curiosa apreciación del tiempo y de los días.

Como siempre, es bueno hacer un ejercicio de relativización para equilibrar. 

Antes he puesto entre paréntesis que una mayoría tiene fin de semana como tiempo de ocio sin obligaciones laborales. Las personas que no lo tienen, evidentemente perciben todo lo anterior de forma muy distinta. Y aún voy más allá, las que no pueden trabajar, pueden ver con envidia a los que el lunes reanudan su trabajo, las que no pueden por estar enfermas, o vivir en situaciones vitales más extremas puede que ni se lo planteen. 

Así que, desde este punto de vista, resultante de relativizar, tener fin de semana es un lujo. Y trabajar durante la semana es un privilegio si lo comparamos con otras situaciones de personas que no pueden hacerlo.

Claro que hacia el otro lado podemos observar con la misma envidia que sienten esas personas a las que les gustaría disfrutar del fin de semana de ocio entre días laborables, a aquellas que no tienen que trabajar, para las que los fines de semana son una extensión a los cinco días precedentes, también sin obligaciones laborales o académicas. Personas jubiladas, o con situaciones económicas muy desahogadas, que no precisan trabajar para ganarse la vida...

Podemos mirarlo como queramos hacerlo. ¿Y si lo hacemos en positivo? 

Un Domingo es un día más para vivir. Una infinidad de posibilidades, un privilegio. Sea cual sea la situación que tengas es un regalo, como lo son el resto de días. El día siguiente ya vendrá, con lo que haya de traer. Trabajo, estudios, viajes, ocio... 

Da igual. Es VIDA, con mayúsculas. 

Míralo así y verás que no hay por qué estar mal, ni por que sentir desazón, ni malestar. Piensa que lo has disfrutado y piensa en todos los que no pueden hacerlo. Quizás alguna persona de las del otro lado, de las que no tienen que trabajar, ni estudiar, puede que te mire con envidia a su vez, ¿quién sabe?

La mejor forma de pasar un domingo por la tarde es vivirlo, con las posibilidades que ofrece una tarde de final de fin de semana en la que el tiempo parece que corre a otro ritmo. Se trata sólo de percepción y de pensamientos. 

La realidad es otra. Muy distinta. Mucho más profunda. 

Detén el programa mental "domingo por la tarde". Ese que hace tiempo quedó grabado y se dispara cada 7 días sin falta, provocando esas reacciones que sientes.

Aprovecha ese tiempo, ese ritmo más lento, el descanso, la actividad, lo que traiga. No es mejor ni peor que el lunes o que cualquier otro día. Cada uno es importante y único. Quítales el nombre y la carga de pensamientos que los clasifican y juzgan, y disfrútalos. 

No hay días de transición hacia otro día. Hay momentos sucesivos que vivir conscientemente. El domingo por la tarde no nos prepara para el lunes. Ni el viernes para el fin de semana. Son cada uno valiosos en sí mismos, con todos sus momentos. Y han de ser bienvenidos y disfrutados como vengan.

Feliz ahora, se llame como se llame.


Jorge Arizcun
COACHING ACTIVO
Enero 2019







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