Acompañamiento para Gestión del Cambio
Hoy voy a hablar sobre acción.
Imagina que vas a hacer un puzzle.
Lo tienes ahí, has abierto la bolsa de las piezas y las has volcado en la caja.
Y estás delante del tablero vacío y la caja llena de piezas esperando ser colocadas.
¿Qué haces?, ¿te pones a comprobar que estén todas las piezas?, ¿las cuentas?
¿O más bien te pones manos a la obra a construirlo?
Las piezas hay que irlas buscando, una a una y comenzar.
Cuando inicias algo puedes hacer dos cosas, no ponerte en marcha hasta tener todo lo que necesitas, o crees que necesitas.
Esto puede alargarse mucho, porque siempre va a faltar algo. O no vas a saber de antemano la pieza que te va a encajar del puzzle.
O bien, empezar.
No digo que tengas que ir a lo loco, ni a ciegas, sin saber ni lo que quieres hacer.
En el caso del puzzle, tienes claro que quieres hacerlo, completarlo. Pieza a pieza.
Se trata de arrancar. Empezar, ponerse en marcha aunque falten cosas, o no sepamos lo que falta.
Esperar a que las circunstancias cambien, a que llegue o cambie algo, esperar como quien espera el autobús, sentadito, sin hacer nada, sin saber siquiera el destino al que quieres ir, o sin ni siquiera ir a la parada...es la mejor manera de vivir en la pasividad.
Tienes que tener un objetivo, el que sea, tomar un autobús, construir un puzzle, perder peso, ser feliz, salir de una situación que no te gusta, estudiar algo, lograr algo con un deporte, cambiar de trabajo, formar una familia, etc.
Y ponerte en marcha. En acción.
Empezar a seleccionar piezas y probar si encajan, con paciencia, con tesón, con confianza.
Si quieres empezar algo, tienes que empezarlo, por la primera pieza.
Si es posible, tener una estrategia, por ejemplo buscar las esquinas del puzzle y las piezas que conforman el perímetro, que tienen un lado plano...
Un objetivo, una forma de comenzar. Y ponerse en marcha.
Ese es el secreto. Lo demás va apareciendo.
Si tienes miedo de no lograrlo, no empezarás. Y es del todo imposible recorrer un camino si no te pones en marcha. Imposible.
Puedes escuchar a tu mente diciéndote que no lo conseguirás, que son muchas piezas, que el camino va a ser difícil, que no sabes qué te vas a encontrar. Puedes hacer caso a esa voz boicoteadora.
Y te quedarás ahí. Y las piezas no van a empezar a colocarse solas, ni el autobús va a ir a recogerte a tu casa, ni el camino va a ponerse a deslizarse bajo tus pies para que avances.
Hay un nivel de confianza que es necesario tener. Confianza en que encontrarás lo necesario, y en que avanzarás.
Unas veces más rápido, otras más lentamente.
Incluso puede que te atasques y tengas que encontrar una solución para seguir avanzando. O pedir apoyo, ayuda.
No esperes a tenerlo todo seguro y claro. Si te dieran un puzzle con las piezas numeradas, que no presentase ninguna dificultad, ¿qué sentido tendría?
Si supieses todo previamente con certeza, si no existiese el reto, ¿qué aprenderías? Nada. Te limitarías a hacer, sin aliciente, mecánicamente.
Empieza, aunque falten cosas, aunque no sepas del todo. Aprende sobre la marcha, equivócate. Persiste.
Será muy gratificante el logro, cuando lo consigas, pero también lo será el camino y el aprendizaje.
Eso es crecer, Eso es vivir. Empieza ya.
Jorge Arizcun - Coaching Activo
Diciembre 2021
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