Acompañamiento para Gestión del Cambio
Ya hemos visto en qué consiste el cambio y las diferentes posiciones que puedes adoptar.
Avora quiero volver a destacar el concepto de compromiso, necesario para enfrentar con decisión el proceso de cambio y sobre todo el compromiso que tienes contigo y con todo lo que tiene que ver contigo.
Tu vida es tu responsabilidad y comprometerte es la primera premisa del auto-respeto.
Empecemos con una frase: Ya que estoy aquí, voy a ESTAR completamente. Esto requiere prestar atención y trabajar la PRESENCIA. Esto significa estar plenamente, con todos los sentidos. Prestarte atención.
Estar, prestar atención, observar... ¿qué es lo que está pasando ahora? a tu alrededor, en tu entorno, en el mundo. ¿que es lo que esta pasándote? en tu interior. Date cuenta de lo que piensas y de lo que sientes.
Es habitual no prestar atención y no darse cuenta de lo que se siente, de lo que se piensa, ni tan siquiera de lo que pasa.
Si el cambio requiere acción, para poder actuar es necesario tomar conciencia de dónde y cómo se está. Una vez logrado esto, que requiere un trabajo y un entrenamiento, hay que actuar, con lo que se tiene. No esperar a que las cosas cambien para hacer. Es mejor tomar la iniciativa y provocar ese cambio.
Al tomar conciencia lograrás dos cosas:
- Situarte
- Elegir
La primera es esencial para activar la segunda. Saber dónde estás para elegir adónde quieres ir.
Hay una sensación que marca la intensidad de este proceso: el dolor.
Hay un punto de dolor que es necesario alcanzar para decidir cambiar. Ese umbral es distinto en cada persona. Debes ser consciente de lo que te duele una situación o un estado para motivarte lo suficiente a cambiarla.
No se trata de dolor físico, que es un tipo de dolor. Es dolor vital. Las situaciones, los acontecimientos, las sensaciones pueden provocarlo. Es la intensidad de ese dolor la que activa el deseo.
Los pasos, por tanto, son: situarse, sentir, desear y actuar.
El deseo sin acción se queda en una simple idea, que sólo se materializará si se actúa.
Ahora estás en el punto de "dolor" suficiente para desear el cambio. Y tienes toda la libertad de escoger. Libertad de dirección.
Puedes ponerte en marcha como un "pollo sin cabeza", que corretea en todas direcciones y en ninguna. Es cuando cualquier cosa nos vale.
No sabes el potencial que tienes de desarrollar tus capacidades.
Realmente los humanos estamos entrenados en la supervivencia, más que en crear nuestra realidad, así que hay que pararse y razonar. Una buena pregunta es: ¿qué hay en todo esto que a mi me vale la pena? Y desde ese razonamiento enfocar. Te dará una pista de hacia dónde quieres ir y dejarás de ser un pollo sin cabeza correteando sin sentido porque pondrás cabeza y razonamiento.
Eres tres personajes a la vez. Imagina 3 círculos, uno grande y dos pequeños encima
¿A qué te recuerda? Sí, a Mickey. De estos tres personajes habló Walt Disney.
El primero, situado en la que sería la oreja izquierda es el Creativo, el segundo, que estaría en la oreja derecha es el Ingeniero y el tercero, situado en el círculo del centro es el Evaluador.
Los tres personajes conviven en ti. Vamos a ver el primero: El Creativo.
Para permitirle salir, es necesario que comiences a desarrollar hábitos. Para sacarlo hay que trabajar con él. Vive en el hemisferio derecho de nuestro cerebro.
Hay una cita de Einstein que dice:
" Los problemas no se pueden solucionar en el nivel de conciencia en el que fueron creados" Fíjate en las dos últimas palabras: "fueron creados"
Los problemas se crean. Nuestro personaje creativo lo hace. Aunque no nos demos cuenta. Por eso hay traerlo al plano consciente y ponerlo a trabajar.
Así podrás conectar con los motivadores reales que son los que te llevarán a la acción.
¿Quiénes son los creativos más grandes? Los niños. Conecta con tu niño y se iluminará tu hemisferio derecho para crear una nueva realidad.
Es importante que observes cómo te hablas, qué te estás contando.
Es tu personaje creativo quien lo hace. Y con ese lenguaje está creando tu realidad.
Ten cuidado con lo que te dices, en especial con el lenguaje crítico hacia ti.
Te pongo un par de ejemplos.
En vez de decirte "no lo estoy haciendo mal", frase que tiene negatividad implícita en las palabras "no" y "mal", que tu cerebro interpreta literalmente, además de extraer el mensaje "no lo estoy haciendo" (así funciona el cerebro humano...) prueba de esta manera:
"Lo estoy haciendo bien"
Es mucho mejor así, ya que directamente es un lenguaje en positivo.
La manera de hablarte puede darte pistas de cómo te estás relacionando contigo, a través de los mensajes que tu personaje creativo te dice.
En vez de decirte: "debo creer en mi", que implica un mandato y cierto reproche, prueba a cambiarlo por: "voy a creer en mi", que implica acción y determinación.
Vigila a tu yo creativo. Ponlo a trabajar para ir modificando la manera en la que te habla.
En este punto, te propongo un ejercicio poderoso, que si lo haces bien te va a ayudar mucho en tu trabajo de cambio.
Se trata de la experiencia de visualización.
Busca un lugar tranquilo y confortable. Adopta una postura de confianza, con los pies bien apoyados en la tierra, con el cuerpo relajado y la espalda erguida.
Escoge una música que te resulte relajante e inspiradora y, cerrando los ojos, respira tranquila y profundamente y visualízate dentro de tres años en aquello que sueñas.
Presta atención a los detalles, recréate en ellos, en lo que ves, en lo que escuchas, en lo que sientes.
Deja que tu yo creativo trabaje y te muestre ese futuro deseado, que te hable en presente de él.
Observa dónde, con quién y cómo estás. Concéntrate en estar allí ahora. Empápate de la vivencia. Experiméntala.
Sal de allí y regresa despacio, con la música, que quizás cuando vuelvas a escucharla te transporte a ese tiempo y lugar creados en tu mente para ser creados en tu realidad.
Todo es mental.
Y ahora, de nuevo en tu presente, tomando conciencia intensamente de dónde, cómo y con quién quieres estar dentro de esos tres años de tiempo, comprométete.
Empieza a pensar y a escribir cómo hacer que eso que tu creativo ha proyectado se haga realidad.
Ese compromiso te dará determinación y te ayudará a decidir que quieres llegar y te empujará a la acción enfocada en tu meta.
Decide vivir con sentido, en su más amplio significado, con el rumbo puesto hacia tu meta, consciente de lo que te pasa y sacando el máximo partido de la experiencia, que es de crecimiento y evolución.
Con el creativo en control, la realidad se irá creando, materializando el deseo.
Adelante.
Ahora, aquí, pregúntate por qué haces lo que haces y si eso te acerca o te aleja de esa realidad visualizada.
Partes desde aquí y desde ahora, con tu yo creativo trabajando. No te conformes con el abanico limitado de opciones que crees que tienes. Deja que tu personaje creador te muestre más y explóralas.
Por último, anota cómo este propósito tuyo va a afectarte a ti, a tu entorno y al planeta.
Identifica aquello que te hace especial y toma conciencia de lo que eres capaz de lograr.
Te recomiendo que escribas, que anotes como en un cuaderno de bitácora tu experiencia.
Ánimo y hasta la próxima entrega de este apasionante viaje por el cambio.
Cree y crea.
Jorge Arizcun
COACHING ACTIVO
Diciembree 2021
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