viernes, 17 de marzo de 2017

¿Qué quieres recoger?

                     

Trick or Treat      Crecimiento Personal






Esta entrada va de intentar responder a una pregunta que hace poco me planteó alguien cercano y querido.

Tras escuchar el primer audio publicado en Youtube, de la anterior reflexión publicada "¿Entramos al cine?" 


me hizo esta pregunta: "¿Qué quieres recoger?"

La verdad es que es una pregunta muy interesante. En algunas de las entradas anteriores la respuesta está implícita.

(la persona que se anime a leer todas las entradas, ¡genial!. Será que le gusta lo que aquí se escribe y comprenderá más este camino que voy descubriendo y describiendo por aquí)

Mi respuesta a la pregunta de qué es lo que quiero recoger, la primera que me vino fue: 

"De momento estoy sembrando. Ya te diré por dónde voy. El vídeo es para arrancar con el canal de Youtube, complementando el trabajo del blog y ampliándolo. Enriqueciéndolo"

Bueno, esa es la respuesta que di. Y es verdad. Pero está incompleta, naturalmente.

¿Qué opinas de este trabajo, tú que ahora me estás leyendo?

Efectivamente es una labor de siembra. Siembro palabras, ideas, artículos, para llegar a las personas. Es el motivo básico por el que publicar y mantener un blog...

Aunque hay más. Y quizás antes que lo anterior esté sacar y expresar por escrito lo que bulle en mi cabeza, ordenarlo como ideas coherentes, razonarlo, reflexionar sobre ello y después publicarlo para compartirlo.

Hace unas pocas entradas (curiosa medida del tiempo, aplicable a un blog) escribí una intención clara. Quiero compartir para apoyar.  Y quiero dedicarme a esto, que llevo haciendo inconscientemente y de forma natural desde que me acuerdo, en todos mis ámbitos de relación.

Porque he descubierto, en esta etapa de mi vida de profundo cambio, que lo que verdaderamente me gusta y quiero hacer es esto. Acompañar a otros a transitar sus desiertos, sus infiernos, sus cambios.

Para eso me estoy preparando. De muchas maneras. 

Con un trabajo personal de evolución y gestión de mi propio cambio muy intenso y continuado. Formándome, leyendo, haciendo cursos, participando en programas.

Una de las cosas que más me está impactando, una de tantas, es trabajar con coaches. He visto claro, pero mucho, que ese trabajo es para mi. Coach. 

Estoy teniendo sesiones de coaching personal con un amigo y gran profesional. Y este trabajo que estoy haciendo, acompañado por él, está cambiándome.

También los programas en los que estoy participando y en concreto el de Gestión del Cambio y la Incertidumbre, que dirigen coaches expertos, están abriéndome mucho los ojos y la mente.

Y esa apertura incluye el descubrimiento de un tipo de trabajo que me parece apasionante y que se alinea con eso que yo quiero recoger.

Así que decidí hace algún tiempo ser Coach. 

Coach. Vaya, ¡cómo mola! ¿no? (o ¡qué padre! en mexicano, o ¡qué chévere! en colombiano y otros países, cool!...)

Qué moderno. Suena bien ¿verdad? 

Sí, ¿pero eso qué es? Yo lo entendí desde que he tenido ocasión de acercarme a ese mundo del coaching.

Para entendernos, es como un entrenamiento personal. Pongo este símil porque se comprenderá mejor. Cuando uno trabaja con un entrenador personal, el que debe hacer el ejercicio es el que entrena ¿no?

Más o menos. 

La idea es que el Coach, si lo asimilamos a un entrenado, lo que hace es acompañar en ese entrenamiento y el que suda y hace los ejercicios es el cliente.

El coach un acompañante, alguien que apoya a otro o a otros para que puedan sacar de su interior lo que ya tienen. Para que descubran. El trabajo del coach es el de acompañar en el descubrimiento. Y ahí está la magia de este trabajo. 


En el símil que más me gusta, el de la montaña, sería ese compañero de ruta que va al lado de uno un trecho y que logra que el montañero al que acompaña pueda decidir hacia dónde quiere ir y vaya eligiendo lo que hacer y por donde ir para alcanzar esa meta a la que se ha propuesto llegar.

¿Y qué hace el coach? Pues sólo eso. Acompañar. Parece fácil ¿no? 

Lo parece, pero no lo es. Hay que saber cómo hacerlo. Y requiere de una formación en técnicas y habilidades específicas, así como de "horas de vuelo".

Y en ello estoy. En esa formación como coach. Para acompañar a otros en sus procesos de cambio. Para ser ese montañero que acompaña en esa ruta cambiante y difícil.

Los coaches que voy conociendo, han llegado ahí, a ser coaches profesionales, partiendo de experiencias vitales duras, que les han hecho pasar por estos procesos de cambio. También, y eso debe verlo y sentirlo cada uno, llevaban dentro sin saberlo esa habilidad de escuchar, de apoyar, de acompañar. 

No se trata de terapias, ni de tratamientos, ni de formación. No. Se trata de acompañamiento y de técnicas para que la persona que acude al coach pueda ella misma descubrir y vaya caminando y aclarando su ruta, su objetivo, comprometiéndose consigo misma.

Y no se quede parada. Si uno se para no avanza. 

La vida es un camino. Si te detienes el camino no va a moverse pasando por debajo de tus pies hacia atrás para que tú avances. No. Los pasos los tiene que dar uno.

No sé si esto aclarará la pregunta de "¿qué quiero recoger?" Espero que sí.

Esto es un proceso. Supongo que puede empezarse de muchas maneras. Yo he elegido ésta. Formarme, estudiar, leer, pensar, reflexionar, experimentar y transitar mi cambio hacia un fin: Ayudar a que otros lo puedan transitar. 

Y me baso en mi propia experiencia y en lo que yo aprendo en el proceso, que ahora sé que no va a terminar, porque la vida es exactamente eso, cambio.

El cambio da miedo. Ya escribí y escribiré más, y hablaré de la zona de confort y del reto que supone salir a esa otra zona de incertidumbre, como camino hacia la zona donde ocurren las cosas, donde se cumplen los sueños y se producen los milagros.

¡Que se producen!

El primer paso es ver lo que uno quiere y desea. Lo demás es ponerse, aprender, experimentar, arriesgarse. Y eso se hace con apoyo.

Yo lo estoy teniendo y muy valioso. Y no quiero quedarme con esta experiencia sólo para mi. 

Ahora veo y observo a las personas desde otro punto de vista, con mucha más atención y con otro conocimiento.

Y lo que veo, una y otra vez, mire donde mire, es muchas personas resignadas. Caras serias. Preocupación, ira. Personas y personas con problemas. No veo tantas personas felices y radiantes. Muchos quieren aparentarlo, pero veo que no lo están.

Mira con atención las expresiones y las posturas de las personas con las que te cruzas. Observa el tipo de e  nergía que desprenden. El tipo de luz.

¿Qué ves más? ¿personas luminosas que desprenden energía positiva, erguidas, radiantes?, ¿o esas otras más grises, resignadas, instaladas en la monotonía y en la apatía? 

Sí, claro, hay de todo. Y no todo el mundo está así. Y no todo el tiempo. Todos tenemos momentos de luz y de energía alta. Pero muchas personas, muchas, viven instaladas de forma habitual en vidas no tan luminosas y con no tanta energía.

Y muchas otras andan perdidas, sin objetivos claros, resignadas a su suerte y viviendo en el miedo y en la incertidumbre. Medicadas, tomando remedios para el miedo, medicamentos anti-emociones.

Me estoy acordando de la canción de Sabina "pastillas para no soñar"

Os la pongo aquí:

pulsa play para ver el vídeo

Pues a eso me refiero. Vivir sin soñar, sin arriesgar. Consumiento ansiolíticos y antidepresivos, fumando compulsivamente, bebiendo como cosacos. Anestesiados.

¿Cuántas personas y muchas jóvenes tratan de escapar de sus realidades con estas adicciones?

No es mi intención pintar un mundo y una realidad gris. Pero hay mucho tono gris. Hay muchas personas perdidas en sus encrucijadas, que no se atreven, que no aceptan el cambio. Personas y organizaciones.

Pregunta a cualquiera ¿qué tal?...

Se necesitan personas que sepan apoyar. Que se formen para acompañar en esos tránsitos de cambio necesarios para salir de estas realidades grises. Con experiencias de cambio. Con ganas de poner luz. Activadoras. 

Así lo veo y en ese camino estoy. No en vano este blog quiere ser un faro que ilumine.

Eso es lo que quiero recoger. Para mi y para los demás, a los que pueda y se dejen acompañar.  

Gracias por la pregunta. La respuesta sobre todo me aclara a mi las cosas. Y me anima a seguir en este camino que he escogido. Hay que empezar con uno mismo. Me apoyo en esos profesionales. Y quiero ser uno de ellos.

Sigo sembrando. Estoy seguro que recogeré. Ya estoy recogiendo. 


Jorge Arizcun

1 comentario:

  1. Acompañar..., qué importante es,a veces lo que necesitamos es solo eso sentirse acompañado, nada más o nada menos según se mire. Tu amiga gris marengo

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