Acompañamiento para Gestión del Cambio
Una decisión cualquiera en un momento determinado puede ser la más importante de tu vida.
No puedes imaginarte las consecuencias de las decisiones que tomas y no es posible tener idea del tsunami que pueden desencadenar.
Al tomar una pequeña decisión, que piensas que no puede traer más que consecuencias pequeñas, no eres consciente que la fortuna o el destino esperan siempre y pueden tenderte inesperadamente los brazos y transportarte a una realidad totalmente distinta.
No dejes de tomar decisiones.
Abren puertas siempre.
Y no sabes qué hay detrás de cada una.
No hay decisión pequeña.
Lo que puede provocar, el cambio que puede suponer, que no puedes imaginar de antemano, hace que no pueda juzgarse una decisión como pequeña o como poco trascendente.
El presente que ha de venir está detrás de las decisiones que tomas ahora.
No decidir también es una decisión y tiene sus consecuencias.
Siempre decides, aunque no tengas conciencia de hacerlo.
Siempre hay bifurcaciones en el camino y siempre eliges, aún sin darte cuenta.
Aunque vayas en "piloto automático", pensando en otras cosas, decides.
Hay una parte del cerebro que se mantiene alerta, entre otras cosas para que no te caigas en una zanja, por ejemplo.
Y toma las decisiones que considera mejores, con la información de que dispone.
Si piensas en los millones de decisiones que tomas durante tu vida, puedes reconocer que no tienes problema en tomarlas.
Lo haces todo el tiempo.
Lo que aquí quiero es llamar tu atención acerca de las consecuencias, las imprevisibles e impredecibles consecuencias.
La ventaja de tomar conciencia de las decisiones que tomas, que es la consecuencia de estar presente, de vivir plenamente el ahora consciente, es que puedes reconocer la importancia de esa "pequeña" decisión que tomaste en un momento determinado y la relaciones con lo que ahora mismo es tu realidad.
Como no sabes lo que va a ocurrir, ni si será bueno o malo, según tu percepción de las cosas, que es cambiante, no lo olvides, no dejes de decidir conscientemente.
Muchas veces no decides porque das las cosas por sentadas. Crees que "sabes" lo que va a suceder.
Eso que consideras "lo más probable", no es más que una posibilidad más.
Y en cualquier caso, ¿a qué temer?
Ahí está tu voz interior especulando, dando por supuestas cosas que de ninguna manera pueden darse por supuestas.
Un momento de felicidad puedes asociarlo perfectamente a ese raro instante en el que esa voz enmudece y puedes escuchar al mundo, sintiéndote en paz y armonía con él.
Entonces esa armonía se traduce en tranquilidad, respiras lenta y conscientemente y ves, oyes, hueles y experimentas con claridad.
Ese momento es posible crearlo. Sólo hay que decidirlo.
Decide silenciar esa voz interior, que te está "traduciendo" a su idioma la realidad y desde ese silencio siente la felicidad de ser, de estar exactamente dónde estás, dentro de tu cuerpo.
Viendo las cosas que te rodean, sintiendo cómo entra y sale el aire de tus pulmones y disfrutando del simple e increíble hecho de estar con vida.
Y desde ese estado, que con práctica no requiere mucho tiempo para alcanzarlo, tan solo unas pocas respiraciones conscientes, observa aquello ante lo que tienes que decidir, sin aventurar consecuencias.
Permitiéndote no saber.
Aceptando que todas las posibilidades existen.
Sin esa voz interior puedes dar rienda suelta a los sueños, visualizarlos, recrearte en ellos y jugar a elegir la posibilidad que quieras.
Podrá suceder como lo visualizas o no, pero tu estado interior, el de tus células, estará alineado con esa visión, con esa intención.
Jorge Arizcun
Julio 2017
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