Acompañamiento para Gestión del Cambio |
NO
Esta reflexión fue escrita en un momento de
autoafirmación y aunque reivindica los límites que tenemos derecho a poner y el
no tener que aguantar juicios, críticas o consejos no solicitados de nadie,
tiene cierta carga emocional y de juicio hacia esas personas que nos critican,
juzgan, reprochan o aconsejan desde “sus verdades”
Reproduzco el texto literalmente, tal y como lo
escribí esperando que sepáis quitarle esa carga emocional y quedaros sólo con el
mensaje de autoafirmación:
No.
Yo no soy quien tiene que aguantar la crítica, el juicio, el reproche y los consejos que me indiquen cómo debo pensar y cómo debo actuar.
No.
No.
Yo no tengo que renegar de mis aciertos ni de mis errores. Son míos y conforman quién soy hoy. Ninguna opinión puede ni va a hacer que yo dude de mí.
Todo es demasiado complejo. La simpleza de un comentario, de una opinión o de los consejos sobre cómo debes hacer o pensar, la tremenda simpleza de un juicio basado en los condicionantes y en las distorsiones de otros u otras, no pueden ni van a hacerme mirar el mundo con los ojos de otra persona. Su graduación no es la misma.
Mi vida es mía. Mi historia es legítima. Tanto como lo es la de cada uno de los demás. Yo no he venido aquí a opinar sobre otros, ni a juzgar ni a sentenciar. Bastante tengo con lo mío.
Puedo apoyarme en otras personas. Puedo tener en cuenta lo que me dicen, sus opiniones. Y también puedo
obviarlas, rechazarlas, ignorarlas.
No.
No voy a lamentarme por nada. Voy a dar por bueno lo vivido y lo decidido.
Voy a aceptarme sin tener en cuenta nada más.
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