martes, 2 de abril de 2019

Mirar sin Ver



    Acompañamiento para Gestión del Cambio 




Te propongo un ejercicio sencillo.

En uno de tus desplazamientos habituales, da igual si es a trabajar, un paseo o si vas a estudiar, presta atención a lo que ves, sólo eso. ¿Qué cosas nuevas descubres?

Piensas que son nuevas porque no las viste antes, pero estaban ahí. Ni reparaste en ellas.

Si lo haces con plena conciencia te sorprenderás de cómo cambia la realidad y se llena de otros ingredientes y se completa. Nunca completamente, pero lo que está claro es que lo de antes era distinto, faltaban cosas. Puedes sorprenderte de todas las que faltaban.

El conjunto, visto así en general te puede parecer más o menos igual, pero no lo es.

Yo he estado practicando este ejercicio en mi camino al trabajo y del trabajo a casa. Tengo un trayecto de unos 30 kms y suelo ir en moto por una carretera secundaria.

Me gusta más porque requiere más atención y me permite fijarme en los detalles. 

La sensación que tengo, porque cada día descubro algo nuevo, es que las cosas han aparecido de pronto y me doy cuenta que son cosas que no sólo estaban ya ahí, sino que además despiertan mi interés, porque son curiosas, o bonitas, o me evocan otras, o se convierten en nuevas referencias.

En cualquier caso hacen que ese paisaje cobre vida, pasando a ser algo cambiante y sorprendente.

Prueba a hacerlo. Mira a los lados, hacia arriba (te sorprenderás de lo que puedes descubrir en una ciudad si miras hacia arriba...)

Una vez me contaron que había personas que no habían visto el cielo en su ciudad, o no habían tenido conciencia de verlo. Personas que van mirando al suelo o como mucho al frente. Y un día descubrieron que en su ciudad existía un cielo y que era bonito y siempre distinto.

Cambia mucho nuestra percepción de las cosas si incorporamos a nuestra visión lo que falta, que puede ser ¡hasta el mismo cielo! y eso debería hacer que te preguntes qué estabas haciendo realmente.

La respuesta es en argot aeronáutico que gran parte del tiempo vas en piloto automático, mirando sin ver realmente. Eso significa que no estás plenamente consciente una gran parte del tiempo y que te pierdes mucho.

Esto, si lo aplicas a otros aspectos de tu vida puede provocar un despertar en el que literalmente alucines al ver cómo esa realidad monótona que percibías es muy distinta y mucho más rica y cambiante.

Como lo eres tú como persona. 

La vida no puede ser algo monótono y sin interés, salvo que vayas por ella sin darte cuenta. Los sentidos nos están proporcionando constantemente cantidad de información, de la que no tenemos conciencia. Información que si la procesamos en primer plano nos cambia radicalmente la percepción de las cosas, los acontecimientos y eventos, que ocurren a millares todo el tiempo.

Caminas sin darte cuenta de por donde vas, oyes sin escuchar, miras sin ver, tu piel recibe estímulos que no sientes, tu nariz recibe olores que no hueles..., muchísima información se pierde y la realidad que percibes es absolutamente incompleta.

Puede que tu vida interior sea muy rica y no necesites estímulos externos. pero estás en el mundo y ahí fuera ocurren muchas cosas interesantes. Es el territorio por el que te mueves y del que formas parte. No es gris, ni monótono, ni aburrido. Eso es un estado tuyo. 

Fíjate y proponte mirar y ver, conscientemente. Proponte vivir conscientemente y prepárate porque te vas a sorprender. Si no es así, plantéate caminar junto a alguien que te ayude a despertar. Alguien que te contagie la curiosidad y te tire de la manga para que veas lo que te estás perdiendo.

Disfruta de la experiencia del descubrimiento y disfruta al máximo de todo lo que la vida te trae en todos los aspectos.


Jorge Arizcun



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