viernes, 10 de febrero de 2017

Milagros y Sonrisas

                     

Trick or Treat      Crecimiento Personal






Hoy he tenido el privilegio de estar presente en la despedida de una de las personas que han influido mucho en mi vida. 

Se llamaba, se llama Milagros. Y milagro es haberla conocido y haber compartido y aprendido tanto con ella y de ella.

Desde aquí, quiero rendirla mi pequeño homenaje.

Mujer de carácter, bondadosa de corazón, dada siempre a los demás, excelente cocinera, con mucho sentido del humor y resiliente como pocas.

La vida, larga, le ha deparado experiencias de todo tipo, pero todas y cada una han merecido una sonrisa suya.

Menuda y abrazable, ha sido y será por siempre una persona muy agradable, sin tonterías ni dobles fondos. Tal cual era.

Buena por naturaleza, entregada a los demás, ha tenido experiencias muy duras, algunas de ellas que he podido compartir en cierta medida.

El ejemplo de Milagros de "echarle huevos" a la vida, así con todas las letras, es toda una lección. Porque ha vivido todo, lo bueno y lo menos bueno con una sonrisa. 

Tirando para adelante.

Hoy la hemos despedido. Las despedidas de los que viajan al otro lado, de los que regresan a la luz y al todo, en nuestra cultura tienen ese sabor triste y amargo, que yo creo habría que cambiar.

Alguien como esta persona tan especial en todas sus facetas, sobre todo en las de Madre, Abuela y Amiga, merece sonrisas. Muchas sonrisas. De agradecimiento.

Nos deja un ejemplo de vida comprometida y actitud impagables.

Pequeña de tamaño, gigantesca en su esencia, yo creo que aprovechó bien su tiempo en esta experiencia única que es vivir.

Hoy la vi por última vez. Vi su cuerpo físico. Pero todo estaba impregnado por su presencia. En la mente de todas las personas que se acercaron a despedirla estaba ella, viva, sonriente. 

Su voz, su imagen.

Allí estaba, ya en el lugar del que todos venimos y al que regresaremos, con su misión cumplida y su ejemplo dejado para los demás.

Cada uno, como ha dicho el sacerdote en la misa, tiene sus creencias. No hay duda que si somos energía e información, si somos vibración, nada se pierde. 

Ella ahora vibra en otra frecuencia, en la universal. 

La información ahí está, mucha de ella transmitida a través de sus descendientes y otra aprovechada por los que tuvieron la suerte de cruzarse en su camino. 

Para aprender de ella.

Y otra, junto con la energía necesaria para abandonar este plano físico, ella se la ha llevado. Su propia experiencia vital, su propio aprendizaje. 

Allá, a ese otro plano de existencia, el espiritual, se ha trasladado. Y ya de otra forma, está en su esencia. 

Parte de esa energía, que ella proyectaba en este plano físico en forma de sonrisa, ahora es pura luz, brillante.

Si esta existencia nuestra es un aprendizaje evaluable, ella aprobó con nota todas las asignaturas y pruebas que la vida le puso delante durante todos los años que vivió en su cuerpo físico.

¿Pero quién pone la nota?

Pues no hay nota que poner. Ella se lleva su experiencia y lo que aprendió, que fue mucho.

Nadie ni nada juzga. 

Ella, como todos, tenía su tiempo y su aprendizaje. 

Deja mucho más de lo que se lleva, porque deja en el plano físico, todo lo físico. Y en el espiritual, la experiencia con ella de cada persona que caminó un trecho, más o menos largo a su lado.

Su propia experiencia se la ha llevado.

Y ahora sigue su camino, en donde existe la máxima vibración, la universal, que se llama amor. Amor como energía vibrando en el más alto nivel, que es distinto a lo que comúnmente llamamos amor los humanos, en este lugar donde transitamos nuestra vida física.

Y amor es la emoción que debe invadirnos. Mucho más potente que el miedo o la pena.

Agradezco el tiempo compartido, el amor y la enseñanza. 

Es un milagro vivir.

Ella es un milagro.

Hasta siempre. Porque el tiempo no existe. Siempre es ahora.

Y su ahora es distinto.

Queda su hueco físico vacío. Pero su esencia sigue ahí, su alma, o como cada uno quiera llamarlo, su energía, su información, aquí están. De nosotros depende aprovecharlas. Esas sonrisas son muy valiosas, y nos las regaló por años.

Representan lo que ella es y en nuestra mente quedan. Reflejan una forma de vivir una vida larga y llena de experiencias. Muchas muy duras, pero superadas.

Con todo mi amor para Milagros. 

Me llevo mi parte y esa luz que me regalaste y que tantas veces me ha iluminado. 

Ahora nos toca seguir a los demás iluminando, con esa suma de luz que somos todos.

Gracias por tu sonrisa, ya eterna.

Jorge Arizcun


No hay comentarios:

Publicar un comentario