lunes, 4 de septiembre de 2017

¡Hay sitio!



    Acompañamiento para Gestión del Cambio 




Estás al volante de tu coche, dando vueltas y vueltas buscando aparcamiento.

Circulas cambiando de calle, girando a derecha y a izquierda, procurando no alejarte mucho del lugar al que quieres ir.

Quieres aparcar cerca. Normal. Se supone que si vas en coche es para estacionarlo cerca.

Te desesperas. No hay sitio.

Y sigues buscando.

En un momento dado, cuando te estás acercando a una intersección, aparece un coche que se incorpora a la vía por la que tu vas, delante de ti.

Enseguida te das cuenta de que anda buscando también sitio para aparcar su coche.

Vaya, piensas de forma inconsciente, o consciente... Competencia.

Claro, hay más como tú, haciendo lo mismo que haces tú. Tratando de aparcar. Y este ahora se ha colocado delante.

De repente se encienden las luces de freno del coche que te precede y pone el intermitente deteniéndose. 

Un coche más adelante está saliendo y dejando un hueco libre para aparcar... en el que va a hacerlo el coche que se puso delante, ahorta detenido y señalizando con el intermitente la maniobra que tu estás deseando hacer.

El intermitente te parece una señal  que rítmicamente te dijera: "voy-a-a-par-car-y-tú-no-ja-ja-ja..."

Te lo imaginas y te mosqueas. Notas como te sobreviene la ira y empiezas a pensar y después a soltar improperios contra el conductor o conductora (no sabes qué tipo de persona es) y contra el coche que conduce.

Si pudieras verte..., tomarías conciencia de lo absurdo de tu reacción.

Percibes la situación como algo negativo, como algo que esa persona y ese coche que apareció de la nada y se incorporó por delante de ti, te ha hecho personalmente, para joderte. Tuvo su oportunidad

La situación no es negativa ni positiva. Es así. 

La buena noticia es que ¡Hay sitio! y puede aparcarse. El hecho, ni bueno ni malo, es que este concretamente que queda ahora libre es para el coche que está detenido delante esperando para maniobrar.

Hay sitio. Es posible aparcar.

No sabes si la persona que conduce el coche que tienes delante con el intermitente puesto ha llegado y "besado el santo" como suele decirse, es decir ha llegado y de inmediato se ha encontrado con que ese coche sale.

No sabes si en cambio lleva mucho tiempo dando vueltas y al fin ha tenido su oportunidad.

No sabes si se ha tenido que alejar mucho del lugar al que quiere ir cuando estacione el coche.

No sabes nada. Sólo que otro coche se va en el preciso momento en el que este que tienes delante pasaba y que el sitio por tanto es para él.

Pero tu mente especula e inventa.

Podría no haberse dado cuenta y haber pasado de largo, pero el caso es que no lo hizo.

Podría ser alguien de paso o que acabara de ponerse en marcha dejando el sitio a otro coche y se estuviera marchando de la zona.

O alguien con alguna discapacidad que estuviera buscando otro tipo de estacionamiento especialmente señalizado y libre pera personas como ella.

Todo es posible. Pero ahí estás tú, acordándote de sus ancestros y profiriendo juramentos hasta en Arameo.

Sólo es la evidencia de que ¡Hay sitio! Sólo eso. 

Podría no haberlo y que nadie se moviese en horas.

Eso no ocurre normalmente. Lo normal es que haya sitio. Puede tardar más o menos pero hay. Las oportunidades aparecen, para todos.

Pero el sitio aparecerá cuando aparezca, no cuando tú quieras. Cuando te toque. 

Has de moverte y dar las vueltas necesarias, decidiendo en cada cruce si seguir recto o virar. 

Llegará. Ahora le ha llegado al coche de delante. Perfecto. Es para él. Alégrate.

Es su momento de aparcar. El suyo. Tras su espera, sus vueltas y revueltas. Más o menos lejos de su destino. Pero suyo, el que le tocaba.

Y ya está. Quédate con eso y deja de lamentarte por la suerte de los demás, que no es más que lo que les ha llegado con el mismo merecimiento que el tuyo.

Espera pacientemente a que el coche que te precede aparque, Su intermitente no te habla, sólo señaliza la maniobra.

No conoces a la persona que va al volante ni sabes nada sobre su vida ni sobre su momento vital.

Déjate de lamentos y sigue circulando. Tu sitio saldrá a tu encuentro. Presta atención. No sabes si algún otro te lo pasaste por no estar a lo que tenías que estar. 

Quizás pensando en que no hay sitio y todo lo derivado de ese pensamiento limitante.

Hay sitio. Seguro. Ve a por él.


Jorge Arizcun
Septiembre 2017





Sígueme en twitter: @jarizcun


1 comentario:

  1. Así es, pero tampoco es tan malo dar vueltas, ver cosas, tener paciencia, y pensar en objetivos. Podemos llegar antes... más tarde o no llegar. Pero tenemos coche y camino para comenzar de nuevo.

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