Acompañamiento para Gestión del Cambio
Existe una fuerza interna que necesitamos para no sobrevivir, sino para vivir activamente, lo que sea, lo que surja, lo que toque, da igual.
Es necesario que esa fuerza interior permanezca intacta pase lo que pase, para poder adaptarse a todo lo que vaya ocurriendo, a todos los acontecimientos y circunstancias que la vida vaya poniéndonos por delante, da igual lo que sea.
Fuerza interior para no pensar en las cosas de forma negativa, para no darle a los sucesos fuerza en sí mismos. Son solo sucesos y la fuerza está dentro para sortearlos, para vivirlos, para adaptarnos, para aprender y esa fuerza interior es una energía que se va retroalimentando en cada vuelta de la espiral de energía que se alimenta de los giros que da.
Qué más da qué y sobre todo que más da quién.
Son decorados y son extras, actores secundarios de cada escena. No les debemos dar fuerza, simplemente observarlos, aprender y continuar independientemente de el decorado y los actores. Siempre independientemente, no somos en función de las cosas y no somos en función de las personas. Solo somos y todo depende de nuestra fuerza interior y de quién somos realmente, que es lo que nos toca averiguar.
Conectar con momentos difíciles que hayan tenido lugar en la vida es bueno. Hacer esa conexión y tomar conciencia del momento que ocurrieron, quién estaba allí y lo más importante: como recordamos esos momentos, cómo sucedieron, qué emociones nos produjeron y como logramos superar esas situaciones.
Escribo esto durante un paseo por el monte con mi perro.
Cuando vas con un perro por el monte, aquel va igual, da lo mismo el terreno por el que vaya, da lo mismo si el camino es cuesta arriba, si tiene más o menos piedras, si es cuesta abajo, si tiene obstáculos. Da lo mismo, el perro va exactamente igual en cada terreno, tiene la misma zancada va caminando con ese trote característico con esos saltitos típicos en su andar y puede, si tiene interés, correr en una cuesta muy pronunciada hacia arriba, solamente depende del interés, solamente depende de él, no del terreno.
El perro va a ir al mismo ritmo y va a aceptar que el terreno es cambiante sin más protesta, sin sentarse, sin desfallecer, simplemente va a continuar.
Porque el perro no lleva carga mental, simplemente camina, trota, va y viene, explora, no lleva el peso que llevamos los humanos, el peso mental que nos hace desfallecer, frenar, juzgar.
Él no lleva nada de eso.
Simplemente cuando se despierta está al cien por cien. Si hace calor tira, si hace frío tira, si hace sol tira, si llueve tira. Tira todo el tiempo y se para a descansar cuando lo necesita físicamente, no porque su mente le diga no puedes más, esto es demasiado empinado, hace mucho calor, no, el perro tira porque está en su naturaleza y porque no tiene carga mental, por eso no pierde energía y le cuesta tan poco recuperarla.
El perro pisa con decisión, con firmeza, con confianza y con fuerza, se adapta al terreno y transita por él tranquilo, sin miedo.
Sólo necesita su fuerza interior, que se realimenta con su movimiento y con su actitud curiosa y constante.
Esa es la fuerza interior que necesitamos y debemos potenciar y alimentar en esa espiral de energía que es necesario mantener girando.
Jorge Arizcun
COACHING ACTIVO
enero 2025
Sígueme en facebook:
Sígueme en instagram: @arizcuncoach
Sígueme en twitter: @jarizcun
Sígueme en Linkedin: https://www.linkedin.com/in/jorge-arizcun-ceñal/